Lo que pasa en Venezuela ya casi para nadie es un secreto. Si paras en un semáforo y le preguntas a cualquier venezolano, te contará, aparte de la debacle económica, los abusos que el gobierno del dictador Nicolás Maduro aplica a su propia población. ¿Cómo cuáles? Ejecuciones extrajudiciales, torturas, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza.
Ya Amnistía Internacional había emitido informes sobre esa esa situación; sin embargo, pocos hicieron eco. Ahora, por fin se sienten respaldados gracias a este informe de la ONU. Existe documentación suficiente y con testimonios y pruebas de la forma tan vil y delincuencial con la que operan los que administran el Estado Venezolano.
Sin embargo, lo que aún sorprende es que el gobierno chavista siga ocupando un puesto en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. ¿Cómo los pudieron elegir? Si el régimen de Maduro ya tenía muchísima menos credibilidad que Edgar Alarcón como moralizador, ¿cómo le dieron esa responsabilidad en un consejo que vela por la protección de los Derechos Humanos en el mundo?
A estas alturas, el documento no parece sorprender a casi nadie, ni siquiera a las caras visibles del régimen, que prefieren cerrar la boca ante las evidentes pruebas. Con lo que les queda, ¿estarán centrados en revertir el desastre económico y la crisis sanitaria que ha generado la Covid-19? Lo dudamos. Deben estar tratando de encontrar un escape dado que la presión internacional sobre Maduro continuará y las elecciones parlamentarias de diciembre, con las que trata de lavarse la cara, poco resultado les dará.
Ahora, ¿qué dirá Verónica Mendoza que en el contexto de las elecciones del 2016 le era casi imposible calificar de dictador a Maduro? ¿La izquierda peruana emitirá por fin una declaración donde condene la forma en la que actúa ese régimen? ¿O para ellos las dictaduras de izquierda son las correctas y las que deben continuar?
Esperemos que no solo Maduro, sino las otras cabezas de ese régimen como Diosdado Cabello, número dos de esa banda, los ministros de Interior, Néstor Reverol, y Defensa, Vladimir Padrino López, y a los jefes de los servicios de inteligencia, junto a otros 45 funcionarios del gobierno venezolano terminen en un banquillo antes la Corte Penal Internacional (CIP).
Los efectos del informe ya se sienten en el debate político y electoral de Venezuela, porque vuelve a poner en duda las motivaciones de las elecciones legislativas con las que Maduro busca algo de oxígeno en medio del, donde se teme que se lleguen a los 14 mil contagios diarios entre noviembre y diciembre.