A poco de que los nuevos congresistas asuman sus funciones, en la burbuja de Twitter apareció este jueves, como tendencia, un hashtag #VizcarraAlCongreso, lo que puede indicar que el vacado e inhabilitado exmandatario Martín Vizcarra todavía tiene a su séquito de troles funcionando, porque resultaría difícil entender que, luego de que todo conoce y se conocerá seguramente, haya aún personas espontáneas que creen en él.
Pero lo cierto que es Vizcarra Cornejo no podrá jurar el cargo de congresista -al que postuló con una ‘ayudita’ del JNE luego de haber negado varias veces que tentaría una curul- este viernes 23 de julio, pese a que fue electo para el periodo 2021-2026, porque pesa sobre él una inhabilitación impuesta por el mismo Congreso para ejercer cargos públicos durante 10 años, y hay otra sanción similar, pero de cinco años, ya lista para ser aprobada.
El abogado de Vizcarra presentó una demanda de acción de amparo ante el Poder Judicial para dejar sin efecto la sanción política, pero el recurso fue desestimado en primera instancia, luego viene la segunda instancia y eventualmente el caso llegaría al Tribunal Constitucional (TC). En paralelo la defensa del ‘Lagarto’ tramitó una medida cautelar ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero ese proceso sigue su curso y tomará su tiempo. Primero hay que agotar las instancias internas. Ergo, en el corto plazo no cambiará su estatus de inhabilitado.
Por ello Vizcarra no recibió las credenciales del JNE el pasado 9 de junio. En su lugar entrará José Enrique Jerí, el candidato que le sigue en la lista de Somos Perú, con mayor votación.
El Congreso halló al vacado Vizcarra responsable de haber cometido seis infracciones a la Constitución como Presidente de la República, luego de vacunarse de forma irregular contra la Covid-19 con las dosis adicionales de Sinopharm; y de haber usado su poder para favorecer a su esposa, Maribel Díaz, y su hermano mayor, César Vizcarra, que también se vacunaron a escondidas.
Lo peor es que mientras el ‘Lagarto’ -como lo conocen en su natal Moquegua por su personalidad fría y calculadora- se vacunaba en secreto y hacía vacunar a sus familiares, miles de peruanos morían a causa del virus ante la falta de camas UCI y oxígeno.
Luego de que fue vacado por corrupción, en noviembre del 2020, se supo que su gobierno no había comprado una sola vacuna. Las consecuencias económicas y sanitarias de su gestión negligente e indolente las padecemos hasta hoy.
En el colmo del cinismo, se volvió a vacunar cuando le tocó -ahora sí- su turno, según el cronograma del plan nacional de vacunación. Y se tomó fotos como para que no queden dudas su ralea.
Esta semana, la Comisión Permanente del Congreso aprobó otro informe que recomienda inhabilitar a Vizcarra por cinco años, debido a que no renunció a sus acciones en la empresa CyM Vizcarra S.A.C cuando fue titular del MTC, entre el 2016 y 2017.
Como en el primer juicio político por el ‘Vacunagate’, Vizcarra no asistió a la sesión de la comisión en la que se debatió el documento. Esta vez alegó que estaba mal de salud y pidió reprogramar su presentación, pero los congresistas desestimaron la solicitud.
Por unanimidad (23 votos a favor) fue aprobado el informe en el que se acusa a Vizcarra de infringir el artículo 126 de la Constitución, referido a la prohibición de intervenir en la dirección o gestión de empresas y asociaciones privadas mientras ocupan el cargo de ministro de Estado.
Además, ahora que se quedó sin curul tendrá que responder a la justicia por los cargos de corrupción que se le imputan: hay aspirantes a colaboradores eficaces de la fiscalía que declararon que dos empresas vinculadas al escándalo del ‘Club de la Construcción’ (ICCGSA y Obrainsa) le pagaron 2.3 millones de soles en coimas a Martín Vizcarra cuando fue gobernador (2011-2014), a cambio de dos proyectos (el hospital regional de Moquegua y la obra de irrigación Lomas de Ilo), y aportaron evidencias sólidas y pruebas de los pagos.