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Vero Mendoza en modo (Groucho) Marx

Publicado: 05/05/2021
4 minutos

Excandidata presidencial repite la alianza que suscribió en el 2019 con el partido de Vladimir Cerrón, que provocó malestar y renuncias en su partido, Nuevo Perú. Y vuelve a renunciar a los principios y valores que decía defender.

Verónika Mendoza lo hizo otra vez. La excandidata presidencial de Juntos por el Perú suscribió este miércoles un acuerdo con Perú Libre, el partido de Vladimir Cerrón, para respaldar la candidatura de Pedro Castillo de cara a la segunda vuelta del 6 de junio, tras una reunión que sostuvieron en el club Apurímac, en Jesús María.

La lideresa de izquierda repite así la alianza que suscribió en el 2019 con el partido del exgobernador de Junín condenado por corrupción, para la campaña del 2020, pero que generó malestar y renuncias en la agrupación de Mendoza, Nuevo Perú.

Aquella vez, personas valiosas que acompañaron y ayudaron a Mendoza a forjar un nuevo movimiento de izquierda progresista, como Indira Huilca, Marisa Glave, Tania Pariona y Richard Arce, rechazaron ese pacto que al final no pudo ser formalizado, porque el Jurado Nacional de Elecciones lo observó.

Los renunciantes y la militancia de Nuevo Perú criticaron la decisión de su lideresa de aliarse con un personaje cuestionado como Cerrón, no solo por los graves cargos de corrupción por los que fue condenado y otros por los que aún tiene de rendir cuentas, sino también por sus posiciones machistas, misóginas, homofóbicas y xenófobas, que van contra todos los valores que Verónika Mendoza dice defender.

Para muestra, un botón.

En medio de una polarizante campaña, ahora comete el mismo “error” que sus correligionarios le reclamaron en su momento, porque Cerrón sigue siendo el mismo y se ha encargado de dejar en claro que el que manda en Perú Libre es él, porque Castillo es solo el candidato circunstancial al que puso ahí porque él no podía postular debido sus antecedentes judiciales. Lo único que los une es ese viejo fetiche de la izquierda de tumbarse la actual Constitución.

“Quiero hacer un llamado a todas las fuerzas democráticas del país, a los jóvenes, a las mujeres, a las organizaciones sociales, sindicales, colectivos, a que sumemos fuerzas para juntos poder refundar nuestra patria, para que juntos podamos por fin escribir una Constitución hecha por el pueblo y para el pueblo”, dijo Mendoza.

“En este año 2021 en el que conmemoramos el bicentenario tenemos una oportunidad histórica. Desde Nuevo Perú y Juntos por el Perú acudimos al llamado del profesor Castillo, acudimos al llamado del pueblo, y convocamos a todos los que quieren construir una democracia verdadera a que nos encontremos y sumemos nuestras fuerzas”, agregó.

Pero Mendoza parece olvidar que esa “verdadera democracia” que dice que quiere “construir” es todo lo opuesto a lo que propugna Cerrón en su ideario “marxista, leninista, mariateguista” -y sobre el que Pedro Castillo ha vuelto a alinearse tras un amago de moderación-. De hecho, esta misma semana el jefe de Perú Libre ha confirmado que si su candidato llega a Palacio y el Congreso se niega a cambiar la Constitución, forzará su disolución. Y tampoco ha ocultado sus pretensiones de perpetuarse en el poder.

Contradicciones e incoherencia

Castillo por su lado amenaza con tumbarse la reforma magisterial, el enfoque de género, la reforma universitaria y la reforma de transporte; hasta habla de cerrar el Tribunal Constitucional; es decir, todo lo que se supone defendía Mendoza y su Nuevo Perú. Ahora, entre los compromisos que ha suscrito, el candidato todo lo contrario y asegura que consolidará las instituciones y fortalecerá el TC y la Defensoría del Pueblo.

También señala que “no obstaculizaremos el trabajo de la justicia” y que respetará su independencia, pero en el plan de gobierno de Perú Libre se plantea la elección y revocatoria de altos magistrados del Poder Judicial por voto popular, medida inviable, según expertos.

Entre los compromisos del acuerdo suscrito se lee también que la prioridad de un eventual gobierno de Perú Libre será “afrontar la crisis sanitaria, social y económica provocada por la pandemia por COVID-19”; “impulsar una firme lucha contra la corrupción, combatiendo la impunidad y exigiendo que se sancione a quienes le roban al país”; y “refundar el Estado, profundizando la democracia”.

Todo suena bien, pero el detalle es el cómo hacerlo con Cerrón empoderado en el medio; es como cuando Keiko Fujimori habla de un “cambio hacia adelante” y en su equipo tiene viejos rostros del fujimorismo más rancio, el de los 90.

Así, todo hace indicar que Vero Mendoza  se puso en modo Groucho Marx para esta segunda vuelta y le hace honor a su famosa frase: «Estos son mis principios, y si no le gustan, tengo otros», que apareció por primer vez en un periódico de Nueva Zelanda en 1873, pero de forma ligeramente distinta: «Estos son mis principios, pero si no les gustan, yo los cambio». Sea como fuere, significado es el mismo: describe al político que acomoda su discurso y decisiones según sus apetitos personales.