La renunciante premier Mirtha Vásquez advirtió en una reciente entrevista sobre la presencia de malos elementos dentro del círculo de asesores y personas de confianza del presidente Pedro Castillo. Pero el temor, fundado, de la ahora expresidenta del Consejo de Ministros parece alcanzar a otras esferas del gobierno, como la vicepresidencia y los ministerios.
Hace unos días, publicamos un reportaje sobre la vicepresidenta Dina Boluarte, quien, tras su expulsión de Perú Libre, se coloca en una posición expectante, más aún en la coyuntura actual, en la que se percibe cada vez más fuerte el aroma de la vacancia. Pero hoy nos centraremos en otro personaje menos visible, considerado su asesor principal y guía espiritual.
Teodoro Berrú Zurita, alias Teo Berrú, es el chamán huancabambino que ha acompañado a la vicepresidenta desde el inicio de la campaña electoral. Líder regional, abanderado de las culturas andino-amazónicas y cabeza del movimiento Pachamama, que según fuentes muy cercanas a Boluarte y Berrú, es el embrión de lo que esperan consolidar como su partido propio.
“Yo no soy de derecha, ni de izquierda, ni de centro, yo soy pachamamista”, se define el propio Berrú en diálogo telefónico con Piensa.pe. “Yo no soy asesor de Dina Boluarte, ni de Castillo, ni de nadie. Todavía no. Y no tengo vínculos ni contratos con el Estado”, asegura. Pero no está diciendo toda la verdad.
Asesor bajo las sombras
Aunque no tiene ningún contrato público ni orden de servicio, más de una persona cercana a Perú Libre ha manifestado durante esta investigación que Teo Berrú es el asesor de mayor confianza de la vicepresidenta. Es más, todo el que quiera una reunión con la también ministra de Desarrollo e Inclusión Social (Midis), primero debe pasar por él.
“Coordinador general de Dina Boluarte”, así lo llaman los propios militantes del lápiz. Prueba de ello es una publicación del diario El Bono, medio de marcada tendencia oficialista y casi un panfleto de las actividades de Perú Libre.
También algunas publicaciones en redes sociales prueban cómo Teo Berrú es un hombre importante en el círculo de Boluarte, y el nexo para toda reunión con ella. El abogado Edy Morba, por ejemplo, en una foto de Facebook del 25 de agosto pasado, escribe lo siguiente: “En el Club Apurímac, coordinando cita con compatriota Teo Berrú para dialogar con vicepresidenta Boluarte”.
Es más, el conocido economista y sociólogo Gonzalo Alegría Varona, en una publicación del 5 de julio, felicita a Berrú por su participación en una ceremonia por el Año Nuevo Andino, y resalta su cercanía con Boluarte. “Felicitaciones a mi colaborador y gran amigo Teo Berrú (del equipo de Dina Boluarte)”, escribió en su cuenta de Facebook.
Pasado oscuro
Pero más allá de su presencia en el círculo de confianza de la vicepresidenta y de su papel e influencia en ciertas decisiones que esta pueda tomar, resultan preocupantes los antecedentes de Berrú. Por ejemplo, el haber sido incluido en el caso de las firmas falsas para los planillones del partido fujimorista Perú 2000, junto al propio Vladimiro Montesinos.
“Ese es un tema que ya prescribió y yo sólo estuve como testigo. A cualquier galifardo lo meten en esos procesos, y yo estuve como testigo, no como involucrado”, señala al respecto Berrú. “Yo he combatido al aprismo y al fujimorismo desde hace cuarenta años”, añade.
No obstante, no parece ser muy enemigo del fujimorismo como proclama. En el 2017, y como funcionario del Gobierno Regional de Huancavelica, Teo Berrú condecoró al entonces congresista fujimorista por Huancavelica, Wuilian Monterola Abregú, y mantuvo un vínculo bastante cercano con éste, según nuestras fuentes regionales.
Pero de esos años, también es conocida su amistad con el entonces gobernador regional huancavelicano, Glodoaldo Álvarez Oré, quien fue condenado por el delito de peculado doloso, al haber firmado convenios para efectuar obras de construcción rindiendo cuentas por montos menores. Álvarez habría sido el gancho de Berrú para ocupar un cargo en su región.
“Berrú no tiene profesión, pero siempre se las arregla para tener un cargo. Es bastante hábil en ese sentido, tiene mucha influencia entre los líderes regionales de Huancavelica, Apurímac, Piura y casi todo el Perú”, revela nuestra fuente.
Esta influencia de Berrú también lo llevó a ser candidato al Congreso en el año 2000, nada menos que por el FREPAP. De igual modo, supo conseguir contratos como proveedor de la Municipalidad de Lima y otras instituciones públicas, siempre con el aval de sus conexiones políticas.
Peso político
El tercer gabinete ministerial de Pedro Castillo nació sin vida y en solo 48 horas, tuvo que anunciar la cuarta recomposición ministerial, ante los graves cuestionamientos hacía varios de sus flamantes ministros. La cartera de Cultura no ha sido ajena a ello: su máxima autoridad (Alejandro Salas Zegarra) es un abogado que no tiene ninguna vinculación con el sector cultural en su hoja de vida, y ha tenido xenófobas y racistas que lo descalifican para el cargo. No se sabe aún si seguirá en el cargo.
Pero Piensa.pe pudo conocer que Teo Berrú es de las opciones para asumir el Ministerio de Cultura. Ya desde el inicio de este gobierno había sido voceado como la opción más prometedora de Perú Libre.
Antes de que se definiera el gabinete Bellido, la página Noticias Perú Hoy publicó el pasado 23 de julio en sus redes sociales que Berrú era el eventual ministro de Cultura, debido a su experiencia y conocimiento “de los problemas de interculturalidad que aquejan a los pueblos andinos y amazónicos”.
No obstante, Perú Libre nombró ministro de Cultura a Ciro Gálvez, y dejó de lado a Berrú. Sin embargo, este no ha dejado de trabajar en silencio para tentar una posibilidad, sino como titular del sector, aunque sea en un viceministerio.
El propio Berrú ha dado a entender que podría tener un cargo en este gobierno. Lo dejó entrever en el diálogo que sostuvo con Piensa.pe: “No tengo ningún contrato con el Estado todavía, posiblemente el otro mes”, señaló.
Sea cual sea la situación real de este asesor no oficial, lo cierto es que mantiene un vínculo bastante estrecho con las máximas autoridades del gobierno y su influencia en dicho círculo no debería pasar desapercibida.