Las medidas populistas y peligrosas del Congreso se han convertido en el mayor problema para el país y su recuperación económica, como explicábamos recién luego de que la agencia Fitch bajó la perspectiva de Perú de estable a negativo.
Ahora, la Comisión de Defensa del Consumidor, que dirige el cuestionado legislador José Luna Morales, insiste en su proyecto de ley -que ya metió en la agenda del pleno- para imponer topes a las tasas de interés bancarias (el costo de los créditos).

El problema es que el sistema bancario está muy concentrado, lo que ha dado pie a ciertos abusos y excesos que abrieron un flanco para medidas como esta, que pueden sonar bonito y tener eco en la gente, pero que en realidad son una pésima idea, por varias razones que acá explicamos.
Primero, porque es una medida populista, no afectará a los bancos como dice su promotor Luna. Al contrario, los que perderán son las familias y emprendedores de menores recursos, porque la banca solo dará créditos a clientes con menor riesgo crediticio (los de mayores recursos) y que representen menores costos operativos. Las tasas de interés que cobran los bancos responden a las estructuras de costos de las entidades financieras y al comportamiento pasado (perfil que le llaman) de quien recibe el crédito.
Entonces no tiene sentido perjudicar a quienes más necesitan financiamiento, sobre todo en época de crisis como la de ahora. A estas personas se les forzará a recurrir a prestamistas informales, que cobran tasas de usura que pueden llegar a 792% del monto solicitado, según el BCR (y si no pagas, te ‘mandan la moto’).
La medida además es discriminatoria, ya que generará problemas sobre todo en las microfinancieras que otorgan créditos a pequeñas y micro empresas. En el mercado local hay 39 de estas instituciones financieras pequeñas que tendrían falta de liquidez.
Y de refilón, afectará la bancarización e inclusión financiera, claves para el desarrollo del sector. Hay todavía 50% de peruanos que no tiene acceso al sistema financiero ni a ninguna ayuda oficial o privada y que también la están pasando mal por la pandemia. O sea, 5 de cada 10 personas en el país no tiene un préstamo bancario o una tarjeta de crédito, muchos son pequeños comerciantes o emprendedores
Es un proyecto poco riguroso, porque el texto de la norma, que quedó listo para ser debatido y eventualmente aprobado, en el pleno del Congreso no ha sido analizado por la Comisión de Economía y tampoco tiene la opinión favorable del Banco Centra de Reserva (BCR), la Superintendencia de Banca y Seguros (SBS) ni del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). Y un dato más: la única entidad con facultad legal para limitar -no controlar- las tasas de interés en situaciones de crisis es el BCR.
¿Cuál es el camino entonces?
Para reducir las tasas de interés en el sistema financiero es clave promover la competencia, abrir la cancha y facilitar que las cajas de ahorro y crédito y microfinancieras entren a competir de verdad con los grandes bancos, con reglas de juego claras y simples, a través de productos financieros enfocados en esas personas que ahora están fuera del sistema. Que no te floreen.