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Sagasti: No es urgente ni prudente plantear una nueva Constitución

Publicado: 20/11/2020
4 minutos

Presidente interino de Perú fija una postura clara en torno a un tema decisivo, en el que hay mucha confusión y aprovechamiento político de ciertos sectores.

El cambio de la Constitución de 1993 es una vieja lucha política de las izquierdas en el Perú que no tenía mucho eco en las calles ni en la realidad, pero la situación puede estar cambiando. De hecho, las últimas protestas y marchas ciudadanas que provocaron que en una semana tengamos tres presidentes, parecen haberle dado un nuevo impulso a esas voces que hablan de “refundar el país” sin mucha evidencia que los respalde.

El mismo presidente interino Francisco Sagasti ya se pronunció y dijo que en medio de una crisis económica y sanitaria no es urgente ni prudente plantear una nueva Constitución. «(…) Creemos que es una tarea que el próximo gobierno libremente elegido por la ciudadana tome la decisión o no, de plantear la reforma de la Constitución o una nueva constitución», declaró en Palacio la noche del jueves, en una entrevista que cita Infobae.

Pero bueno, veamos una encuesta de Datum de octubre último, es decir, antes de la última crisis que desató la vacancia de Martín Vizcarra y el torpe y corto gobierno interino de Manuel Merino, en la que se señala que un 56% de peruanos apoyaría un cambio de Constitución.

Encuesta nacional de Datum de octubre de 2020.

El estudio evidencia además la confusión que hay sobre este tema. Entre las razones que mencionan los encuestados para apoyar un cambio están “mayores castigos a los corruptos” (31%), “no podemos seguir teniendo la Constitución de Fujimori” (25%) y “mayores castigos a los delincuentes” (20%).

Para todo ello basta con leyes o cambios puntuales en la legislación, incluso para regular la figura inmunidad parlamentaria tampoco se necesita una “nueva Constitución” como señalan. Y la Carta Magna de 1993 se aprobó en una Asamblea Constituyente que se eligió de forma transparente, en la que estuvo la izquierda. Desde entonces se le han hechos unos 20 cambios o reformas, incluso se retiró la firma de Alberto Fujimori.

Además, nadie hasta ahora ha explicado con claridad ni evidencia cómo una “nueva Constitución” arreglará todos nuestros problemas como país. ¿Qué necesitamos mejores políticos? De acuerdo. Y hubo intentos serios para lograr una reforma que mejore la representación política y el sistema electoral que el Congreso disuelto tumbó. Por ello se hizo el último referéndum, donde se volvió a modificar la Constitución. Es decir, la propia Constitución tiene mecanismos para mejorarla.

Más sentido tiene el argumento que expresa ese 55% que se opone a ese camino (“no confío en que los congresistas puedan elaborar una mejor Constitución que la existe”). ¿Se imaginan una Constituyente con urrestis, lunas, antauristas y tantos otros que tienen intereses ajenos a los del país? ¿Algo bueno podría salir de ahí?

Por el contrario, ¿de qué tenemos evidencia?

Que gracias al capítulo económico el bienestar de la ciudadanía mejoró mucho en las últimas décadas. ¿Y cómo se logró ello? Con un crecimiento económico sostenido que implicó mayores niveles de inversión, más empleos y mejores ingresos. Ya lo explicó bien el actual ministro de Economía, Waldo Mendoza.

¿No creen? El Perú fue de los países que más creció con unas de las tasas de inflación más bajas de la región y redujo su pobreza a un 20% desde un 60%. ¿O no han visto o escuchado de lo que ocurría en los 80 en el país, cuando había que hacer colas interminables para conseguir víveres de primera necesidad, cuyos precios se disparaban de un día para otro? Eso pasó con la Constitución de 1979, a la que algunos quieren volver incluso.

La Constitución actual se puede mejorar en varios puntos. De eso no hay dudas, pero el debate debe ser serio y transparente. Y si creemos que no mereceremos la clase política que tenemos, empecemos a elegir bien, a informarnos mejor. En abril se verá si nosotros, como ciudadanos, y esta llamada ‘Generación del Bicentenario’, también podemos dar la batalla en las urnas.

(Foto de cabecera: Andina)

Comunicador social y periodista, con especialización en nuevos medios, gestión de contenidos y desarrollo tecnológico. Me gusta el café, la cerveza y la libertad de poder elegir y emprender.