Mi chamba

Reforma Laboral

Publicado: 06/07/2020
3 minutos

En el Perú, 8 de cada 10 jóvenes ingresan al mercado laboral en el sector informal. Y del total de trabajadores, el 73% se encuentra en la informalidad. ¿Está tomando el Estado medidas efectivas para combatir esto? Te lo contamos aquí.

El mercado laboral en Perú es particularmente duro y el Estado no está haciendo mucho para mejorar las cosas.

En el Perú, la informalidad laboral alcanza el 73%, siendo uno de los niveles mas elevados de América latina. Esto explica la existencia de una gran cantidad de trabajos que se realizan en condiciones muy malas y sin beneficios ni derechos laborales.

8 de cada 10 jóvenes que ingresa al mercado laboral lo hace en el sector informal. ¿Pero, a qué se debe esta situación? Aunque muchos empresarios, aun pudiendo, no quieren dar trabajo formal a sus empleados, y eso no es aceptable. Lo cierto, es que la actual legislación laboral peruana es muy rígida y complicada. Por un lado, los emprendedores peruanos tienen que asumir hasta un 60% de sobrecostos para contratar a un trabajador. Esto por concepto de gratificaciones, vacaciones, seguro de salud, CTS y asignación familiar.

Foto de Luis Villasmil, Unsplash

Aunque los conceptos no son el problema, el costo de cada uno en el Perú está entre los más altos de América latina, superando a Colombia con 54%, México con 36% y Chile con 32%. En estos países los sobrecostos laborales son menores y hay más formalidad y más personas gozan de los beneficios que esto implican.

Por otro lado, según el foro económico mundial, nuestras prácticas para contratar y despedir están entre las peores del mundo, ubicándonos en el puesto 130 de 140 países. Este mal desempeño fue causado principalmente por la sentencia 1124-2001 del Tribunal Constitucional, que determinó que los trabajadores que habían sido despedidos arbitrariamente podían elegir entre recibir una indemnización o solicitar su reposición laboral. La indemnización era razonable en caso la arbitrariedad fuese comprobada, pero la reposición no, debido a que cada empleador debería de tener el derecho de escoger a quién quiere en su equipo de trabajo. Esta sentencia hizo que se redujeran en gran medida los contratos indefinidos, que son mucho más estables, y creciera la contratación temporal, que pasó de representar el 30% de los contratos a fines de los 90s a ser casi el 75% a fines del 2015. El remedio fue peor que la enfermedad.

Finalmente, la falta de predictibilidad y la discrecionalidad del sistema de fiscalización laboral, que muchas veces prefiere perseguir a la empresa formal en vez de denunciar o atraer a la empresa informal, torna el panorama aún más crítico.

Aunque es un tema sensible, la reforma y la legislación laboral no puede ser evadida más tiempo. Millones de peruanos podrían tener un trabajo más digno y, a la vez, constituir empresas más productivas y rentables. Los ciudadanos debemos exigir que nuestros líderes políticos abran el debate y propongan reformas técnicas pensando en el trabajador y en el emprendedor que da trabajo.

En vez de escuchar los reclamos de quienes no quieren trabajar y ser productivos, deberían de escuchar a quienes quieren tener un trabajo digno y construir un país más desarrollado.

 

[Foto de portada de Andina]