Mi amiga Carlita fue este fin de semana a un concierto piloto con público al aire libre que se realizó en el Parque de la Exposición de Lima. El concierto fue parte de un programa para la reactivación de las actividades culturales y musicales en el país que se viene fomentando luego de más de un año y medio en que estos espectáculos estuvieron prohibidos por la pandemia.
“No sabes amiga, todo fue muy ordenado y sin contratiempos”, me contaba entre emocionada y sorprendida, porque después de mucho tiempo pudo escuchar en vivo a varias de sus agrupaciones favoritas, como Armonía 10, Son Tentación, Olaya Sound System, Amaranta y Chemical Neon.
Es cierto, estuve preguntando y averiguando sobre este evento musical al que acudieron unas 1,000 personas, organizado por el Ministerio de Cultura y la Municipalidad de Lima, y el apoyo de una empresa privada, y todo salió a pedir de boca. Se aseguraron de contar con los protocolos de bioseguridad que exige la situación: doble mascarilla, control de temperatura, varios puntos de desinfección de manos, espacios de tránsito delimitados y señalizados para evitar aglomeraciones; y una puerta de entrada y otra de salida.
Y lo que es mejor, los asistentes a este concierto presencial, que ganaron sus entradas a través de un sorteo que realizó Teleticket, pudieron disfrutar, de forma segura, ordenada y responsable, del servicio de restaurante: venta de comidas y bebidas. Esto es clave para que la reactivación de estas actividades sea sostenible, como coinciden empresas y productores de estos espectáculos, porque solo con la venta de entradas no pueden cubrir sus costos operativos.
Además, mis tribus, este concierto piloto es un claro ejemplo de que cuando Estado y el sector privado trabajan de la mano, se obtienen mejores resultados, lo que traza el rumbo que debe seguir un rubro que fue muy golpeado por la pandemia.
Desde el inicio de la emergencia sanitaria en el país, en marzo del 2020, fueron 15 grandes empresas de espectáculos las que quebraron, según datos de Move Concerts Perú. Miren, esto tiene además un impacto en el empleo, porque en la realización de un solo concierto participan alrededor de 300 empresas, y cada una de estas, en promedio, emplea a cinco trabajadores. Saquen la cuenta ahí nomás cuánto trabajo generan.
Ahora que hay una ruta clara para la reactivación (espero que el próximo gobierno lo continúe), una de las medidas que los productores de espectáculos evalúan para atraer público a los conciertos es bajar el costo de las entradas, para lo cual ellos buscarán auspicios, pero también necesitan apoyo de las autoridades vinculadas al sector, como exoneraciones tributarias y facilidades para el uso de espacios públicos adecuados, además de que se siga avanzando con la vacunación, que a la vez permitirá flexibilizar de alguna forma las medidas.
Para ello es importante que haya claridad y transparencia en las decisiones que se tomen respecto a estos espectáculos. El consumo de alimentos y bebidas en los conciertos, así como los aforos, son aspectos deben tener en cuenta en las medidas que se adopten para la reactivación el sector, siempre que la situación sanitaria y la vacunación lo permitan.