El 13 de agosto, la bancada de Perú Libre presentó un proyecto de reforma constitucional que permitiría al Estado controlar precios de los bienes y productos de las empresas públicas y privadas.
Esta iniciativa sería fatal para nuestra economía, si es que se aprueba.
¿Qué implica un control de precios? Sencillo: que arbitrariamente el Estado pueda fijar el precio de un bien o producto determinado, inclusive si un privado lo vende. Lógicamente, al decir “privado” estamos incluyendo tanto a pequeños como a grandes comercializadores.
¿Por qué es malo? Porque quienes venden un producto donde el Estado controla su precio, no logran el mínimo para cubrir sus costos: pierden.
Te doy un ejemplo como con manzanitas: el señor Juan vende pollo. Antes de la actual coyuntura política y cuando el dólar tenía un costo por debajo de S/ 3.70, él vendía sus pollos a S/ 6.50 el kilo. Sin embargo, al día de hoy, dado a la subida del dólar por encima de los S/ 4, se ha visto obligado a incrementar el precio a S/ 10 el kilo, puesto que ahora su proveedor le vende el pollo a S/ 8.50, cuando antes se lo vendía a S/ 5.00.
El proveedor del señor Juan incrementó el precio debido a la subida del precio del maíz importado con el que se alimentan los pollos (que subió por el alza del dólar).
Imagínate que el Estado entra y fija el kilo a S/ 6.50, ya que considera que “es un precio justo y asequible para el pueblo”. ¿Qué pasará? Juan tendrá que vender a S/ 6.50 y no recuperará los S/ 2.00 de diferencia para cubrir su costo, puesto que el proveedor ahora se lo vende a S/ 8.50.
Y aquí es donde viene la parte que nadie te cuenta: al igual que en el ejemplo, todos los privados que venden pollos se verán afectados severamente puesto que no podrán cubrir sus costos. Entonces, ellos dejarán de vender estos productos y se dará una escasez masiva. Luego, terriblemente, cerrarán sus negocios porque no pueden vivir de eso, lo que quebrará todo el sector. Lo mismo aplica para cualquier bien, cualquier rubro.
El Perú ya pasó por esto en el primer gobierno de Alán García a finales de los ochenta y que te cuenten como fue la miseria por esos años.
El control de precios no solo hizo quebrar al Perú en su momento, sino también, a muchos países europeos a lo largo del siglo XX. Es una fórmula que ha fracasado una y otra vez, pero parece que la historia no se le enseña a los políticos.