El caos y la violencia se apoderaron de Ica durante un paro contra la ley agraria, que se inició este lunes. Grupos de manifestantes bloquearon la Panamericana Sur, destruyeron propiedad pública y privada y atacaron a la Policía.
Los manifestantes exigen mejores condiciones de trabajo y denuncian abusos laborales, pero el problema no es la ley de promoción agraria, que ha traído beneficios para el agro que no se pueden negar, sino ciertas empresas informales que no cumplen la norma, según la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), que agrupa a 360 empresas formales del sector.
La ley del régimen especial agrario, que se amplió hasta el 2031, es muy parecida al régimen general del trabajo: incluye el pago de horas extras, CTS, gratificación, vacaciones y seguro de salud, como se ve en el siguiente gráfico comparativo:

La diferencia está en que en el sector agrario, hay épocas de cosecha (temporada alta) y periodos donde no se necesita mucha mano de obra. Por ello, en cada día que se trabaja se incluye el pago de beneficios.
“A los formales nos conviene que no hayan empresas de este tipo que estén vulnerando los derechos laborales de los trabajadores. El problema no está en la ley sino en los informales”.
Alejandro Fuentes, presidente de AGAP.
Los problemas que hay en el sector no se arreglan, como por arte de magia, al derogar una ley que ha demostrado funcionar. La autoridad debe sancionar los abusos laborales, pero hay una falta de fiscalización a empresas informales por parte de la Sunafil.
Aunque la ley de promoción ha contribuido a la formalización, aún el 75% de trabajadores del sector agrario y 66% de trabajadores de la agroindustria siguen siendo informales. ¿Y por qué es importante esto? Porque los sueldos formales en el sector agrario y la agroindustria (S/1,704) son, en promedio, 85% mayores que los informales (S/922).
Lo que preocupa además es que detrás de estos reclamos, que son justos, haya intereses particulares que promueven sus agendas políticas en medio del caos. Es el caso de sectores de la izquierda que ahora, además de insistir con lo de una “nueva Constitución”, hablan de una “segunda reforma agraria”. Y no plantean nada mejor.
No nos dejemos confundir y engañar por intereses ajenos a los del país y los trabajadores. La mejor vacuna para ello es la información y el voto responsable en abril próximo.