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Pugnas y sombras en la interna de Juntos por el Perú y Somos Perú

Publicado: 18/01/2021
6 minutos

Si algo tienen en común las candidaturas de Verónika Mendoza, Martín Vizcarra y Daniel Salaverry es que generan rechazo en los partidos que hoy usan para sus fines electorales.

Lo que mal empieza, mal acaba. Eso reza un viejo dicho que suele ser premonitorio. Y lo que se ve por estos días en Juntos por el Perú, la alianza por la que postula Verónika Mendoza a la presidencia, y en Somos Perú, el hoy vehículo electoral para las pretensiones políticas de Daniel Salaverry y Martín Vizcarra, apunta en esa dirección.

Juntos por el Perú (JP) es un sancochado -como el de PPK en su momento-de izquierda. No hay proyecto político que lo sostenga, pero sí una suma de intereses y pugnas de grupos que buscan una cuota de poder y no perder su inscripción electoral.  

¿Qué pasa en JP? Un grupo de dirigentes del Partido Humanista, que es la única agrupación con inscripción electoral en esta coalición, acusa a Verónika Mendoza de hacer y deshacer en la actual campaña, pese que el movimiento de esta lideresa de izquierda, Nuevo Perú, fue el último que se sumó a la alianza, que además integran Patria Roja y el Partido Comunista Peruano.

El Partido Humanista, que fundó Yehude Simon Munaro, hoy en arresto domiciliario acusado de recibir dinero de Odebrecht en 2006, cuando era gobernador de Lambayeque, cedió la inscripción a Juntos por el Perú en el 2017.

Las riendas del Partido Humanista entonces las tomó el exministro de Salud Óscar Ugarte, pero casi de inmediato se desataron pugnas internas entre dirigentes que acabaron con la expulsión de Roberto Sánchez como presidente de Juntos por el Perú.

En tanto, Mendoza, que no logró las firmas para inscribir a su movimiento, Nuevo Perú, tuvo que buscar la forma que no quedar fuera de la contienda electoral del 2021. En el 2016 tentó la presidencia por el Frente Amplio, otra coalición de izquierda que poco después de ese proceso se desintegró por pugnas internas que hoy se repiten.

 Así, a inicios de setiembre del 2020, Juntos por el Perú y Mendoza cerraron un acuerdo electoral que no fue consultado con la militancia humanista, según denunció en su momento la facción liderada por Óscar Ugarte, que incluso firmó un comunicado en el que denunció que, como parte de la nueva alianza, se estaban negociando «cupos y repartijas electorales».

“Exhortamos a la señora Mendoza a no dejarse sorprender ni mucho menos inmiscuirse en los graves problemas internos de JP (Juntos por el Perú), debiendo predicar con el ejemplo”.

Extracto del comunicado firmado por Óscar Ugarte.

Así, tomar el control de Juntos por el Perú no fue difícil para Verónika Mendoza y su entorno cercano, formado por personas que la acompañaron en su aventura electoral del 2016, como Álvaro Campana, que fue su jefe de campaña en aquel entonces y hoy es secretario general de Nuevo Perú, y la socióloga Anahí Durand, actual candidata al Parlamento Andino.

En las elecciones legislativas complementarias de enero 2020 Juntos por el Perú no sacó ni un solo congresista. Obtuvo a nivel nacional 710.462 votos, es decir, el 4.80% del total válido. Felizmente que para ese proceso extraordinario no se aplicó la valla electoral (5%), porque hubiera perdido su inscripción. Su objetivo ahora es pasarla. Ven en Mendoza su tabla de salvación.

Por ello fue que al final la única precandidata presidencial de Juntos por el Perú fue Mendoza, mientras que Ugarte ni siquiera fue considerado para integrar la lista de candidatos al Congreso.

Aunque los detalles y alcances del acuerdo firmado entre la lideresa de Nuevo Perú y la dirigencia de Juntos por el Perú están bajo siete llaves, sí se puede deducir quién toma las decisiones si se revisa, por ejemplo, la lista de los 34 candidatos al Congreso por Lima: hay solo siete de Juntos por el Perú y el resto son militantes de Nuevo Perú o invitados de Mendoza, como Sigrid Bazán y el excongresista Sergio Tejada, entre otros. Y su campaña otra vez está a cargo de Álvaro Campana y Anahí Durand.

“No me inspira confianza Verónika Mendoza. Ella fue la secretaria de Nadine Heredia. Lo digo con mucha bronca. Ella hace y deshace en nuestra organización siendo una invitada”, declaró hace poco en el semanario Hildebrandt en sus trece el dirigente humanista Leonel Falcón, integrante del Comité Ejecutivo Nacional (CEN) de Juntos por el Perú.Nos han robado el partido. Nos duele la forma como Juntos por el Perú se ha convertido en un vientre de alquiler”, agregó.

¿Y qué pasa en Somos Perú?

Una situación similar ocurre en Somos Perú (SP), el partido que fundara el recordado exalcalde de Lima Alberto Andrade Carmona, que hoy maneja desde las sombras Patricia Li Sotelo, quien tiene graves antecedentes por corrupción, y lleva como candidatos estelares a otros dos personajes cuestionados: Daniel Salaverry (presidencia) y Martín Vizcarra (Congreso).

Somos Perú quedó en manos de Li Sotelo, que milita en este partido desde el 2005, luego de que logró imponerse en los comicios internos de 2015. Ese momento marcó el distanciamiento definitivo de la familia de su fundador, que estaba representado por su hermano, Fernando Andrade Carmona.

Patricia Li, Martín Vizcarra y Daniel Salaverry tienen algo en común, además: escándalos en el rubro de la construcción. El expresidente es acusado de haber recibido sobornos por obras públicas cuando fue gobernador de Moquegua, en el 2014. La actual presidenta de Somos Perú fue acusada en 1997 de defraudación tributaria, porque habría vendido facturas de compañías al empresario Lelio Balarezo para que este simulara gastos que su empresa, constructora Balarezo Contratistas Generales S.A., nunca realizó.

Li se acogió a la prescripción en 2013; es decir, no probó su inocencia, pero sí logró librarse de lo que pudo ser una pena de 12 años de cárcel, según reveló Perú21. Balarezo sí fue sentenciado. La dirigente de Somos Perú sí fue condenada a cuatro años de prisión suspendida en el 2011, por el delito peculado (mal uso de dinero público) que cometió cuando fue alcaldesa de Punta Negra (2003-2006).

En mayo del 2004, en Trujillo, Salaverry inscribió la empresa DSV Constructores S.A.C. (iniciales de su nombre y apellidos), con la cual  obtuvo millonarias en licitaciones con el Estado (más S/ 22 millones entre el 2011 y 2014), pero luego denunció el robo de los libros contables de su empresa de esos años de bonanza. Para ese momento, se sabía que DSV Constructores tenía deudas tributarias por más de un millón de soles.

Por todo ello, la presencia de Li genera discrepancias internas en Somos Perú, mientras que las candidaturas de Salaverry -que primero fue aprista y luego fujimorista- y Vizcarra tampoco han caído bien.

“El partido está siendo utilizado por Martín Vizcarra y Daniel Salaverry para sus fines particulares, y se ha relegado la participación de los militantes”.

Juan Carlos Zurek, actual secretario general de Somos Perú.