Ahora sí, oleado y sacramentando, podemos centrarnos en las personas que gobernarán con Pedro Castillo, el presidente electo no deja de lado las indefiniciones, a ocho días de que asuma el poder. El voceado para que asuma el Ministerio de Salud (Minsa), la cartera más caliente dado que, ojo, todavía hay un bicho corriendo entre nosotros, es Hernando Cevallos, excongresista del Frente Amplio [esperemos que no se parezca en nada a Víctor Zamora], conoce al monstruo por dentro, dado que aparte de ser pediatra ha tenido presencia en la dirigencia médica.
¿Qué es lo que Pedro Castillo, junto a su voceado ministro de Salud debe priorizar apenas asuma este 28 de julio? Básicamente dos cosas. La primera es continuar con el proceso de vacunación que se viene dando, con cierto éxito, desde el mes de febrero. Y lo segundo es iniciar un proceso de reforma en el sector salud. Una nueva pandemia, que puede repetirse en años futuros, no puede volvernos a coger tan mal preparados como esta vez.
¿Cómo estamos respeto al primer punto? Respecto a enero, donde no se tenía ninguna vacuna y todos creíamos que nos inmunizaríamos recién en el2022, la cosa cambió 180 grados. Pasamos de tener vacunas de un solo laboratorio, Sinopharm, a ser abastecidos por dos laboratorios más, Pfizer-BionTech y AstraZeneca. Y según el actual gobierno, hoy cerró contrato para que nos lleguen las vacunas Sputnik V.
Además, se han implementado estrategias como las ‘vacunatones’ en distintas zonas de Lima y en algunas regiones para acelerar el proceso de vacunación, ahora que tenemos las dosis aseguradas, tenemos el stock y tenemos a los capos de los vacunadores que no solo aplican vacunas, también, hay que aceptar, saben bailar.
Sin embargo, no todo está bien. Lamentablemente, la información que vemos por televisión o por nuestros celulares básicamente informa sobre como avanza la vacunación en Lima o en zonas costeras. En las regiones de la sierra y selva, la cosa no está yendo muy bien. La cobertura en 16 regiones está por debajo del 45%. Solo tres regiones, Lima-Provincias, Callao y Tacna, están por encima del 60%. Miremos la situación con la gráfica N°1.
Al mismo tiempo, si nos comparamos con el resto de países, la cosa no pinta mejor. Veamos el gráfico N°2. Los líderes indiscutibles son Uruguay y Chile. Ambos superan en aplicación de vacunas al que más vacunas disponibles tiene, Estados Unidos, tan es así que ahora es el sugar daddy de las vacunas, porque las para regalando.
¿Dónde anda Perú? Pucha, no estamos tan mal como en las eliminatorias a Qatar 20222, pero por ahí le vamos. No solo estamos por debajo del promedio mundial, sino también por debajo del promedio de Sudamérica. Hasta Cuba, donde gobierna un régimen comunista, nos gana. Solo hemos dado, como mínimo, una vacuna al 20% de la población. Los líderes, Uruguay y Chile, ha dado, por lo menos una dosis, al 70% de su población. A los únicos países que les ganamos, también como en las eliminatorias, son a Bolivia y Venezuela.
Por otro lado, está el proceso de reforma del sector salud. Hoy el sistema está desarticulado completamente. Existen hospitales del Ministerio de Salud (Minsa), del seguro social (Essalud), de las Fuerzas Armadas, de la Policía Nacional, de los gobiernos regionales y locales (ojo, todo eso por el lado público), y también las clínicas privadas. Respecto de lo anterior, es bueno recordar que el sector público tienenel monopolio en la salud. Miremos la gráfica N°3.
Dada esta situación, donde la mayor responsabilidad de la salud está a cargo del Estado, el Minsa como ente rector a nivel nacional, tiene que estructurar un sistema donde se creen sinergias entre los sistemas públicos y luego con las clínicas privadas. Las clínicas privadas están para apoyar al sistema público. No para competir con él.
Además, se debe poner énfasis en medidas de promoción y prevención. Hoy, los ciudadanos creen que son en los hospitales donde deben ir a curarse, en vez de usar la atención primaria (centros de salud y postas). A la vez, se debe implementar regulación en ciertos medicamentos; sobre todo en aquellos donde comercialmente no es atractiva la venta por lo reducido de la demanda, pero donde ciertas personas lo requieren porque de eso depende su salud.
Recordemos, los recursos son escasos. Y más ahora por la pandemia. El nuevo gobierno deberá optimizar los recursos que manejará para garantizar un verdadero acceso universal, oportuno y de calidad a todos los ciudadanos, pero también con un cambio de chip en el sentido que se debe cuidar la salud y no estar curando enfermedades.