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¿Por qué no tenemos más empresarios formales en Perú?

Publicado: 28/09/2020
2 minutos

Para cualquier empresa pequeña o mediana, de 20 trabajadores o menos, cumplir con toda la regulación laboral vigente es irreal: ¡son 1.200 páginas de legislación!

Antes de la pandemia por la Covid-19, la informalidad laboral ya afectaba al 73% de los trabajadores en el Perú; ahora fácil podemos estar en 90%, como ya te lo hemos contado acá. La situación está al límite, pero es un problema que arrastramos por años.

La informalidad tiene varias caras: trabajadores sin beneficios; empresas que tienen RUC, pero que no facturan con boletas, o una empresa formal con boletas y RUC, pero que no tiene a todos sus empleados en planilla.

¿Por qué, te preguntarás? Bueno, porque no es atractivo ser formal en Perú: los trámites burocráticos excesivos y la corrupción al tratar con el Estado asustan a cualquiera. Para una empresa pequeña o mediana, de unos 20 trabajadores o menos, cumplir con toda la regulación laboral vigente es irreal: ¡son 1.200 páginas de legislación!

“No sé quién puede imaginar que un pequeño empresario puede leer 1.200 páginas de regulación solo en el tema laboral. Eso debería estar sobre la mesa”, dijo en Ojo Público hace unos días Miguel Jaramillo, investigador principal de GRADE.

Y el impacto de la pandemia ha sido más fuerte en el sector informal: afecta a casi el 90% de trabajadores independientes, muchos pequeños negocios cerraron y miles de familias se quedaron sin ingresos. ¿No crees? Las cifras lo dicen: el pico de desempleo durante la cuarentena llegó al 50% y ahora rondaría el 40%. La cosa está fea.

Aunque hubo avances en cuanto a flexibilizar la legislación laboral en los últimos años, aún es insuficiente. ¿Por qué, te preguntarás? Simple: las políticas de regulación laboral consisten en crear nuevas leyes en lugar de simplificarlas o agruparlas en un par de normas principales según el tipo de empresa.

Tras consultar con algunos expertos, en Piensa.pe creemos que hay que insistir en el camino de simplificar leyes; analizar el impacto de los regímenes especiales, como el del agro; buscar un consenso político que garantice la estabilidad de políticas públicas de formalización; y fomentar la productividad, porque de nada sirve tener más empresas formales si no son rentables y no pueden pagan salarios ni impuestos y al poco tiempo tengan que cerrar.