Como se supo el viernes pasado, la candidata a la presidencial de Juntos por el Perú, Verónica Mendoza, declaró que no descartaba la posibilidad de usar “la maquinita” del Banco Central de Reserva (BCRP) para reactivar la economía.
También hizo énfasis en que hay que utilizar los supuestos abundantes ahorros que tiene el BCRP para estimular la demanda y salir de la crisis económica. Para esto propone usar los ahorros para aumentar la inversión pública y los créditos baratos con aval del Estado. Y si acaso faltara dinero, hay que aumentar los impuestos para poder financiarlo, dijo sin sonrojarse.
Sin embargo, aquí cae en una serie de errores. En primer lugar, no es cierto que hayamos venido ahorrando en los últimos años; esto ya se acabó hace al menos 6 años. Mientras que entre 2006 y 2013 sí ahorramos con superávit de 1.3% del PBI al año, y desde 2014 el déficit fiscal promedio fue de 1.8% del PBI al año. Esto no es normal y aumenta la deuda pública.

Además, sin considerar que el 2020 ha sido fiscalmente desastroso. Hemos multiplicado el déficit por 6 veces y el gasto público subió 5 puntos sobre el PBI. Para el 2021, el BCRP espera que el déficit esté entre el 5% y 6%, por lo que estamos lejos de una medida de austeridad. Creer que aún tenemos espacio para comprometer más la situación fiscal del país es ser irresponsable y poco técnico.

En segundo lugar, los ahorros del sector público no han crecido sostenidamente desde el 2015. Ya desde el 2016 se ve una tendencia a la baja sostenida de 8% de los ahorros, y en 2020, con la crisis económica producto de las cuarentenas, cayó en 20%. Por lo tanto, hoy y desde antes de la pandemia, ya estábamos consumiendo los ahorros del país.

Y finalmente, el Fondo de Estabilización Fiscal, el cual se creó en 1999 para afrontar crisis económicas, tenía antes de la pandemia US$ 5,471 millones y hoy prácticamente ha sido consumido. «Ya no tenemos la fortaleza fiscal, nos quedamos sin fondo. El mismo Consejo Fiscal lo ha dicho, Perú ha perdido techo fiscal y ha pasado al terreno vulnerable«, declaró el economista Elmer Cuba a Gestión cuando se tomó esta medida.
¿Qué hacer? En primer lugar, controlar la pandemia. Hay que permitir que los privados comercialicen la vacuna para así facilitar que la gente esté protegida; sin controlar el virus la reactivación no será sostenible. Con esto, lo siguiente es impulsar el empleo y la inversión privada, dando la seguridad de que no se volverá a cerrar la economía. Y si en caso el Estado tenga que gastar más, esto debe enfocarse en mayor inversión pública en infraestructura, reduciendo gastos superfluos.
El despilfarro y el asistencialismo no nos llevará a ninguna parte. Eso debe quedar muy claro. Nada es gratis, y algunos candidatos parecen no querer entender. Seguir tirando de la cuerda de los ahorros podría poner en riesgo la estabilidad monetaria, lo cuál hoy por hoy, es lo único que nos hace ver luz al final del camino.