Una señal más que mina la ya poca credibilidad que le queda al gobierno cuando no tiene ni un mes de gestión. Apenas un día después de que el jefe de gabinete, Guido Bellido, descartara que vayan a intentar controlar precios en el país, al señalar el Perú “no va a seguir absolutamente el camino de otros países”, su bancada, la de Perú Libre, hace exactamente lo contrario y presenta un proyecto de reforma constitucional en ese sentido.
La iniciativa legislativa (aquí la pueden revisar) fue presentada por Francis Jhasmina Paredes Castro y propone cambiar tres artículos de la Constitución para controlar los precios de los bienes y productos de las empresas públicas y privadas.
- i) Plantea modificar el artículo que garantiza la libertad de contratar, para que puedan modificar contratos bajo el supuesto de que no haya abastecimiento de productos para cubrir la demanda nacional y que sea declarado previamente en emergencia por el presidente
- ii) Señala que si hay un Estado de excepción, el gobierno puede intervenir para regular el abastecimiento y los precios de los bienes y servicios para el mercado nacional.
- iii) Por último señala que el Estado, por ley orgánica, tiene que garantizar a precio regulado el abastecimiento de productos y servicios al mercado nacional.
En el análisis costo-beneficio, la bancada señala que la propuesta «impactará positivamente en el crecimiento y el desarrollo económico del país e incrementará la paz social y el bienestar general». Ese ‘argumento’ en realidad no es un análisis, sino una mera suposición que no tiene correlato con la realidad.
Como lo hemos señalado varias veces aquí, en Piensa.pe, hay abundante evidencia de que los controles de precios nunca han funcionado. Por el contrario, destruyen la economía, con graves consecuencias para el bienestar de los ciudadanos. Basta mirar el desastre venezolano o los problemas en Argentina por estas medidas para darse cuenta. Y en el Perú se aplicó en los 80, con los resultados que todos conocemos: escasez, hiperinflación y corrupción.
Si bien se trata de una reforma constitucional para la que Perú Libre no tiene los votos en el Congreso, lo que más preocupa es el mensaje, que solo refuerza la percepción de que no hay un mínimo de coherencia y más bien mucha improvisación.
¿Cómo podemos confiar en la palabra de un gobierno que dice una cosa y hace otra? ¿Cómo creer en los esfuerzos del ministro Economía, Pedro Francke, que también había descartado un control de precios, para tratar de proyectar algo de tranquilidad? Y solo van 15 días de gestión.