Las marchas y ‘cacerolazos’ por la crisis política no han tenido tregua estos días en casi todo el Perú. La indignación ciudadana es real y legítima, y no es en apoyo o a favor de alguien, como algunos creen: es contra todos los políticos. Ni uno se salva, ni los de hoy ni los de ayer; ni los que transitan de un sentido a otro: de derecha a izquierda o de izquierda a derecha.
Lo que sucedió esta semana en el Congreso, primero con la vacancia de Martín Vizcarra y luego con la asunción al poder de Manuel Merino, fue solo el detonante de una serie de turbulencias que empezaron en el 2016. Desde entonces hemos vivido en constante convulsión política por la mezquindad e intereses particulares de quienes ostentan el poder.
Para este miércoles, organizaciones civiles y sociales convocaron a una marcha nacional. En Lima, la concentración fue en la Plaza San Martín del Centro. En distintas ciudades del país también hay movilizaciones.
Pero la crisis política que hoy nos acecha, también es responsabilidad nuestra, porque quienes pusimos a sus protagonistas ahí y les dimos poder fuimos nosotros, los ciudadanos, los electores. Y somos nosotros también los que debemos corregir esos errores.
¿Cómo canalizar nuestra rabia y frustración de manera efectiva, entonces? Eligiendo mejor, informándonos bien, votando por candidatos honestos, sensatos, que ofrezcan soluciones viables para problemas reales. Eso está nuestras manos, y en abril próximo podemos empezar a cambiar el rumbo de la historia.

Y si vas a salir a las calles, ten en cuenta esto…
- La protesta social es un derecho fundamental, reconocido y protegido legal y constitucionalmente. Pero tiene dos condiciones esenciales: debe ser pacífica y sin armas, porque cualquier acción de violencia dentro de una manifestación puede ser sancionada. Es además una decisión libre: nadie puede impedirte asistir a una protesta y menos obligarte a participar en ella.
- Por ello es importante que, si vas a ejercer tu derecho a manifestarse, con arengas o carteles que expresen tu opinión, respetes la propiedad, pública o privada. Por ejemplo, se ha visto en varias manifestaciones que negocios y comercios terminan siendo perjudicados.
- No dejes que ciertos grupos se infiltren en las movilizaciones para crear caos y provocar disturbios, porque eso deslegitima la protesta. Si detectas a algún infiltrado, denúncialo.
- Puedes fotografiar, grabar o hacer cualquier tipo de registro del desarrollo de la manifestación. Así de paso puedes poner en evidencia eventuales abusos injustificados de la fuerza pública. La Policía solo puede detener a alguien que está cometiendo un delito en flagrancia.
