La confianza al gabinete Bellido ha sido otorgada, pero nada ha cambiado; por el contrario, todo está empeorando silenciosa y rápidamente. La inestabilidad política generada por la presencia de una parte de la izquierda radical en el poder genera desconfianza y miedo no solo a quienes ahorran debajo del colchón y a los que viven del día a día, sino también a las grandes calificadoras de riesgo como Moody’s (esta es una empresa que nos dice qué tan confiables son los países al momento de pagar sus deudas) que por primera vez en la historia nos rebajaron la calificación crediticia que manteníamos desde hace 20 años. Estas empresas son, por decirlo de alguna manera, el “INFOCORP” mundial y califican la capacidad que tiene un país para pagar sus deudas usando como referencia el historial, recursos disponibles, finanzas públicas sanas calificados como “Aaa” como nota más alta y “C” como más baja. Con esto proyectan si es que el país va a devolver el dinero que le prestan.
Perú obtuvo el grado de inversión (un alto nivel de nota) el 2008 cuándo solo México y Chile la tenían en la región. Las calificadoras decían lo siguiente: «Las finanzas públicas de Perú y el desempeño de sus cuentas externas nuevamente superaron las expectativas, contribuyendo a una recuperación mejor a la esperada en los índices financieros».
Volviendo al contexto actual, estas empresas identifican dos motivos para el cambio en la calificación: la pandemia que nos ha endeudado e hizo aumentar nuestro déficit y la inestabilidad política que ha hecho que nuestro país se hunda en constantes crisis incluyendo los 3 presidentes que tuvimos en noviembre del año pasado. Además, están considerando a la Asamblea Constituyente como el mayor riesgo por la incertidumbre que genera a quienes desean invertir acá. Recuperarnos de la crisis se hace cada vez más complicado, más aún cuando las propuestas presentadas por Pedro Francke solo tendrán el efecto contrario al esperado.
Pero, ¿cómo nos afecta este cambio a nosotros? Pues, las empresas tendrán dificultades para pedir préstamos, los que consigan tendrán tasas de interés muy altas y se les hará cada vez más difícil pagar sus deudas con lo cual estas mismas empresas tendrán menos herramientas para crecer y seguir contratando personas. Esto afecta también a quienes planean o planearon alguna vez venir a invertir al país, eliminando así la posibilidad de generar nuevos empleos que puedan ocuparse por quienes quedaron sin trabajo producto de la pandemia. Si bien esta baja en la calificación aún nos mantiene como un país atractivo para algunas inversiones, las oportunidades en el mercado laboral serán menores producto de este cambio.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Si es que posees un puesto de trabajo estable, lo mejor es conservarlo. En otras circunstancias jugártela por una oportunidad nueva sería el mejor consejo, pero no es momento de arriesgar tus ingresos ya que la canasta básica empezará a costar más. Tampoco es momento de endeudarse, y si hacerlo es inevitable, la deuda la debes tener en la misma moneda de tus ingresos.