El verano se acerca y después de haber estado 107 días en cuarentena por la Covid-19 y otros 107 tratando de regresar a una nueva normalidad, los peruanos se lanzarán a visitar las playas. Ya en estos días, apenas el gringo se asomó con fuerza, muchas personas fueron a su playa favorita a pasar el día, no necesariamente meterse al mar, pero sí a verlo porque es un relajo.
Sin embargo, durante el verano en ciertas playas, llega a existir tal aforo de personas, que es probable que el distanciamiento social no se respete. Además, como es un ambiente relajado, con su chelita y la grasa que te pones para que no te dores, las personas pueden confiarse y reducir sus niveles de cuidado. Recordemos que el bicho maldito sigue rondando y las autoridades están craneando cómo evitar una segunda ola.
Buenos pues… esta semana, el gobierno declaró que establecía un acceso por etapas o de forma gradual a las playas. De lunes a jueves la gente podrá ir y disfrutar de la playa tal como la disfrutábamos en veranos pasados (aunque habrá restricciones de acceso de comida y bebidas). Pero los días viernes, sábado y domingos, solo podrá practicarse deporte. Además los fines de semana no podrán circular vehículos particulares por la Costa Verde, para evitar esos trancones de carros que suelen haber en verano. Ojo, esto esta indicación es solo para la región Lima y Callao. Las otras regiones tendrán independencia para tomar sus propias medidas, pero alineadas con las normas sanitarias dispuestas por el gobierno nacional.
Otra medida dictada por el gobierno es que los días feriados por Navidad y Año Nuevo, no se podrán hacer uso de las playas… Sí pues. ¡Salados! El problema no es la playa en sí. Ir allá no hará que contraigas al bicho. La probabilidad de contagio en zonas abiertas es mínima. El problema es que puede generarse aglomeraciones y más en esas fechas tan importantes. En esas multitudes están los que no tiene síntomas y recordemos que son los que más contagian (porque creen que están sanos).
Por otro lado, se ha dicho que se podrá separar espacios en la playa a través de aplicativos. Sin embargo, no ha sido confirmado por el gobierno y además muchos alcaldes, como el de Chorrillos, dijeron que ello no es viable y preferiría el cierre total de las playas en su distrito. “Hay cosas que no se pueden hacer. Controlar el aforo es imposible”, dijo en El Comercio.
“Pucha, si me ponen esas restricciones, ya no iré a la playita, para tal caso me iré a una piscina cerca de mi casa”. Eso podía ser una posibilidad, pero el gobierno también dispuso restricciones a las piscinas. Solo estará permitido su uso para realizar actividades formativas o terapéuticas. No queda de otra. Hay que ceder en ciertas libertades para que esta situación pase lo más pronto y no se vuelva a repetir. Pero como ciudadanos que cedemos, esperemos que el Estado haga cumplir las normas y los vivazos no hagan de las suyas.
(Foto de cabecera: Andina)