No me florees, Principal

Se busca presidente (y también premier)

Publicado: 31/01/2022
5 minutos

El caso de Avelino Guillén y la renuncia de la premier Mirtha Vásquez confirma que Pedro Castillo es incapaz de afrontar una crisis en su gobierno (y menos solucionarla). Y lo grave es que ya no se trata solo improvisación y mediocridad; también de una peligrosa complacencia y tolerancia con la corrupción.

La crisis en el gobierno está lejos de acabar con la destitución y el pase al retiro del general Javier Gallardo, el cuestionado director de la Policía, o con la renuncia de Avelino Guillén como ministro del Interior, que ya aceptó el presidente Pedro Castillo, quien, de paso, vuelve a demostrar su incapacidad para afrontar una crisis, y menos solucionarla.

De hecho, apenas empieza, porque también se va la premier Mirtha Vásquez, quien con su salida provoca una crisis total en el gabinete. Lo anunció en Twitter el propio Castillo, que se había reunido de emergencia este domingo con ella, luego de que Avelino Guillén presentó su carta de renuncia el viernes último, ante la falta de respaldo político del mandatario, debido a la insubordinación del general Gallardo y las graves denuncias de corrupción en los ascensos y cambios en la Policía, donde se habrían pagado coimas, según diversas versiones y denuncias.

Como en todas las crisis que provocó en estos seis meses en el poder, el presidente Castillo es incapaz de dimensionar la gravedad de la situación, y en lugar de admitir sus errores, trata de minimizarlos, como ahora, cuando habla de una «renovación» del equipo ministerial al confirmar la salida de Mirtha Vásquez, quien lo desmintió casi en el acto. «Ante la imposibilidad de lograr consensos en beneficio del país, informo que hoy presenté mi carta de renuncia», dijo en un tuit.

En su carta de renuncia, Vásquez sostiene que la crisis en el Ministerio del Interior no es un “asunto cualquiera y coyuntural”, sino la expresión de un “problema estructural de corrupción en diversas instancias del Estado”.

En efecto, el asunto es de mucha gravedad, porque no solo se trataría del cobro de sobornos por ascensos y traslados policiales que implicaría a personajes del entorno presidencial, como el exsecretario de Palacio Bruno Pacheco, sino de intentos de desmantelar a la Diviac y a otras unidades de la PNP que investigan a organizaciones criminales como la que la fiscalía sostiene que hay en Perú Libre.

Volviendo a la reunión dominical, ahí Castillo se comprometió con Vásquez a tomarse un tiempo para persuadir a Guillén a que se quede en el gabinete, pero aparentemente no lo hizo. En efecto, anoche mismo habló con el ministro renunciante en Palacio, y poco después anunció en Twitter que aceptaba la dimisión de Guillén y comunicaba la destitución del general Javier Gallardo.

Ahora, el desenlace de la crisis total en el gabinete lo había dejado entrever horas antes el propio Guillén, cuando dijo este mismo lunes en Ideeleradio que Mirtha Vásquez estaría evaluando su permanencia en el cargo. “Ella se la jugó no solo por el gobierno sino también por el presidente Castillo y permanentemente ha sido desairada y maltratada”, apuntó. El otro que ha expresado públicamente su malestar con Castillo ha sido el ministro de Economía, Pedro Francke.

Así las cosas, y con una nueva crisis política encima, el respeto por las instituciones y la lucha contra la corrupción están a la deriva en este gobierno por cuenta y riesgo del mismo presidente Pedro Castillo. Es decir, ya no estamos hablando solo de improvisación o mediocridad.

El cinismo como bandera

En tanto, Castillo dio una nueva entrevista, esta vez a un medio poco conocido que se llama ‘La Noticia’, en la que no dice la verdad, porque asegura que desconocía de las discrepancias entre Guillén y el general Gallardo, pese a que el enfrentamiento era público hace semanas. “No estoy al tanto de habladurías y de chismes”, alegó el presidente.

Castillo también trató de desmarcarse de la denuncia que hizo el renunciante Guillén, cuando habló de un “gabinete en la sombra” y de una “guerra sindical” en Palacio. “(El presidente) no puede esperar a que las cosas lleguen al borde del precipicio para recién tomar acciones”, remarcó Guillén.

“El ministro nunca me dijo eso a mí, nunca escuché eso en un Consejo de Ministros. Quisiera aprovechar para alertar que nadie puede utilizar mi nombre para hacer gestiones (…) Creo que el señor Guillén puede hacer las denuncias con nombres y apellidos”, replicó Castillo Terrones.

Más denuncias…

Por si fuera poco, el fin de semana se difundieron nuevas denuncias periodísticas que involucran al entorno del presidente Castillo.  

Por ejemplo, Cuarto Poder reveló que la lobista Karelim López organizó una fiesta privada que costó S/100 mil a la hija del exsecretario de Palacio Bruno Pacheco, hombre de confianza de Pedro Castillo.

La celebración, en una residencia de Cieneguilla y amenizada por el Grupo 5 en vivo, se realizó el pasado 6 de noviembre, tan solo 13 días antes de que la Fiscalía Anticorrupción halló US$20 mil en el baño del despacho de Pacheco, en Palacio.

Acá se repite otra vez el modus operandi de Karelim López, quien también le organizó una fiesta de cumpleaños en Palacio a la menor hija del presidente Castillo. Para más señas, empresas vinculadas a la cuestionada lobista ganaron millonarias licitaciones con el Estado

Panorama reveló por su lado que Fray Vásquez Castillo, sobrino del presidente, presentó una prueba COVID-19 falsa para no asistir a la Comisión de Fiscalización del Congreso, que lo había citado por las reuniones clandestinas de su tío en la casa de Sarratea. Es el mismo documento que presentó ante la dFiscalía para no responder por este caso.

Comunicador social y periodista, con especialización en nuevos medios, gestión de contenidos y desarrollo tecnológico. Me gusta el café, la cerveza y la libertad de poder elegir y emprender.