Como casi todo político que oculta algo, cuando es puesto al descubierto no tiene otra opción que admitirlo, aunque a la vez trate de justificarlo. El candidato de Perú Libre, Pedro Castillo, tuvo que reconocer que constituyó una empresa en Cajamarca, en el 2017, un mes antes de encabezar la larga huelga magisterial de junio de ese año, pero alegó que “no la recordaba”.
Por eso, agregó el maestro, tampoco la reportó como exige la ley a todo candidato ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), instancia ante la que solo consignó, como única experiencia laboral, los 26 años que trabajó como profesor en la institución educativa N° 104565 en su natal Chota (Cajamarca). Esa omisión, de haber sido detectada a tiempo, le hubiera significado su exclusión de la contienda electoral, pero a estas alturas de la campaña ya no es posible.
“No la declaré porque para mí (la empresa) había desaparecido”, dijo en radio Exitosa Castillo a modo de excusa. Pero el Consorcio Chotano de Inversionistas Emprendedores JOP S.A.C. -el pomposo nombre con que se constituyó- sigue ahí, aunque extrañamente no registra actividad desde su creación. De hecho, el candidato sostuvo que solo “fue un intento de emprender algo” y agregó que “siempre ha sido víctima de no poder salir adelante”.
Lo que no dijo el profesor Castillo es que para constituir esa empresa invirtió S/18.000, según documentos de Registros Públicos que cita El Comercio. El capital social total del Consorcio Chotano de Inversionistas Emprendedores JOP S.A.C. es de S/54.000, dividido de forma proporcional entre el candidato de Perú Libre y sus dos socios en este emprendimiento: la también docente Olinda Chamaya Becerra y el joven José Cruz Herrera Riquelme, quien tenía 26 años en 2017.

La empresa fue constituida para incursionar en una amplia variedad de actividades. Desde la construcción civil y la arquitectura, pasando por la mecánica, la electricidad, la agricultura, la consultoría, la compra-venta, el transporte, los servicios menores, estudios, educación, salud y hasta en gastronomía.
De los documentos registrales se desprende que los aportes de los socios del consorcio chotano se efectuaron en dinero en efectivo. Es decir, debió efectuarse un depósito bancario a la cuenta de la empresa, porque así lo exige la ley, señala la abogada especialista en temas registrales Rocío Rojas.
El problema es que uno de los socios de la empresa, Herrera Riquelme, no hizo ningún aporte, según afirmó su pareja, Zulema Sánchez Tarrillo, al ser consultada por el decano. “Han pagado solo el derecho en Registros Públicos. Qué va a depositar si no trabajaba”, dijo, al asegurar que se trata de una empresa de papel.
Pero hay más. El profesor Castillo, que en su hoja de vida que presentó ante el JNE dice que gana S/5.276 mensuales, figura como un perfil de “riesgo alto” en Infocorp, por una deuda S/34.631, cuyas cuotas no paga desde agosto del 2020, justo cuando se oficializó su candidatura por Perú Libre, el partido de Vladimir Cerrón.
Eso no es todo. Castillo tiene dos deudas financieras: una con el Banco de la Nación por S/26.975, con el que no tiene retraso de pagos por ser un descuento directo de planilla, y la otra por S/ 7.655 con la Cooperativa de Ahorro y Crédito Todos los Santos de Chota LTDA, cuyo gerente general desde el 12 de marzo del 2018 es José Herrera Riquelme, sí, el socio de Castillo en el Consorcio Chotano de Inversionistas Emprendedores JOP S.A.C.
Lo curioso es que las deudas de Castillo en el sistema financiero han subido y bajado en diferentes momentos desde el 2017. Según Infocorp, el profesor empezó debiendo S/29.000, pero en agosto de ese año la deuda pasó a S/49.780. Un mes después, en pleno auge de la huelga magisterial, casi se duplicó, al sumar S/78.949, pero en mayo del 2018 se redujo hasta S/57.665. Un año después, bajó a S/17.786 y en junio del 2019 volvió a aumentar. Ni el candidato ni nadie de su equipo de campaña se han pronunciado al respecto.