No me florees, Principal

La actividad económica se frena en Perú

Publicado: 17/02/2022
4 minutos

La actividad productiva del país acumula ya ocho meses seguidos de desaceleración. Pese a ello, el 2021 el PBI creció 13.3% como se preveía, por el efecto estadístico generado en el primer semestre del año pasado, tal como confirman las cifras del INEI. Es decir, el fuerte rebote no fue por mérito del gobierno, sino a pesar de sus errores.

Llegó 15 de febrero y el INEI publicó los resultados sobre el PBI del 2021. Tal como decían los estimados, el crecimiento alcanzado en el 2021 llegó, o mejor dicho, superó el 13%. Como te lo habíamos contado acá, este crecimiento es un rebote tras la caída que sufrimos en el 2020 por las malas políticas públicas aplicadas para combatir la pandemia. La gráfica N°1 muestra cómo el rebote empezó en tercer mes del año pasado y paulatinamente ha venido decreciendo.

Ese rebote se debió a las fortalezas macroeconómicas que construimos en los últimos 30 años. Un Banco Central independiente, políticas y leyes claras sobre responsabilidad fiscal, mantenimiento de reservas, mercados libres, firma de tratados de libre comercio, etc. Sin embargo, ese rebote pudo ser mayor. ¿Qué pasó? Como sucede cada cinco años, las elecciones generales llegaron y suavizó ese rebote. Después de la primera vuelta (recordemos que esta fue el 11 de abril 2021), comenzaron temores por los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta.

Pedro Castillo y Keiko Fujimori. Ambos con posiciones diametralmente opuestas. Ninguno daba la confianza necesaria a los agentes económicos que conforman el mercado. Desde ese momento, ls cifras de crecimiento, aunque altos, pudieron ser superiores. Castillo ganó las elecciones, pero desde su llegada a Palacio fue incapaz de generar confianza. Apenas empezó su gobierno, el tipo de cambio superó los S/4.00 y a los dos meses, en octubre, llegó a un récord de S/4.13 cuando se planteó la nacionalización del proyecto Camisea.

Ese tipo de propuestas, sumado a los pésimos nombramientos, escándalos, crisis ministeriales -suma cuatro gabinetes en seis meses-, indicios graves de corrupción, entre otros, han generado que, en los últimos ocho meses, el crecimiento se enfríe. Es decir, la economía se relantizó. Y se ha visto en el último trimestre del año pasado. Si en el tercer trimestre crecimos 11.5%, en el último, ya con el gobierno de Castillo controlando todo el aparato público, avanzamos solo 3.3%. Con esas cifras, ¿cómo el gobierno puede decir que está haciendo bien las cosas?

Preocupa la minería

El peso que posee el sector minero e hidrocarburos es relevante en nuestro PBI. Tiene la tercera mayor ponderación (después de servicios y manufactura) y el 2021, a pesar del contexto internacional favorable por los altos precios de los minerales, mostró una tendencia decreciente. Solo en diciembre, decreció en 6.07%. Esa caída puede deberse a la paralización que sufrió Las Bambas. Tal como te contamos acá, esta minera es muy importante, dado que produce el 2% de la producción mundial. Los problemas de conflictos sociales y medioambientales afectaron esta importante actividad. Además, el gobierno del presidente Castillo manejó muy mal estos temas, lo cual generó que la conflictividad aumente.

Otros sectores

Sectores que absorben abundante mano de obra tuvieron resultados opuestos. El más sobresaliente fue el de Construcción, porque cayó 8.9% debido al menor consumo de cemento ante la menor demanda. ¿La razón? El bajo avance de obras en todos los niveles del gobierno (¡y así dicen que la inversión pública avanzó el 2021!). Hubo menor avance en infraestructura vial, implementación de servicios básicos, construcción de edificios y en obras de prevención de riesgos (¡Ojo que se acercan las lluvias!).

Otro sector que contrata bastante personal, es el Comercio. Este avanzó solo 2.7%. Pero cerró el año con un crecimiento de 34.7%. Este mejor comportamiento se debió a mayor actividad en el comercio mayorista, minorista y del comercio automotriz.

La tarea del gobierno

El gobierno, si de verdad desea mostrar que le preocupa al país y no los intereses de sus allegados, tiene que hacer que las tasas de crecimiento vuelvan a ser las que se lograron entre el 2010 y 2013. La gráfica N°2 muestras a lo que debemos apuntar. No vamos a generar menor desigualdad, ni tampoco más bienestar con tasas de crecimiento del 2% o 2.5%. No vamos a satisfacer las necesidades de cierres de brechas o las expectativas naturales por desarrollarse de la población con esas tasas.

Aunque no se espera nada del gobierno, y no porque esté aprendiendo, sino porque la realidad muestra que no desea aprender, sin un Estado que funcione, estaremos condenados a una decadencia sostenida. El crecimiento futuro estará en función de las decisiones políticas. Ya se acabó el rebote. El gobierno tiene que cambiar y tener una posición razonable para gobernar, sino nuestro futuro y economía se tornará inviable.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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