El país atraviesa una de las situaciones más difíciles en el sector educativo a consecuencia de la pandemia. Las aulas estuvieron cerradas durante 75 semanas, uno de los periodos más largos en todo el mundo.
Lamentablemente, los más afectados fueron los hogares más vulnerables. Básicamente por dos razones; primero, por la notoria brecha digital y acceso a tecnología, pues no todos los hogares cuentan con computadoras o similares que les permitan conectarse a clases y segundo, por la falta de acompañamiento en el aprendizaje, ya que, en muchos hogares los padres no estaban presentes por trabajo u otros factores, haciendo aun más grande las diferencias del aprendizaje y acceso a la educación.
Esta semana, con el apoyo y disposición de los padres de familia, alrededor de 5 millones de estudiantes, entre colegios públicos y privados, han vuelto a las aulas en 18 regiones del país, incluida Lima.
Ahora, si bien el retorno estuvo “encaminado” con la Resolución Ministerial N° 273-2021-MINEDU, y la prioridad fue contar con niveles de transmisión bajos, según el avance progresivo del proceso de inmunización; las UGELES fueron y siguen siendo pieza clave para garantizar ese regreso seguro, pues
se asume que conocen mejor la realidad de su localidad y son responsables de asegurar la entrega suficiente, oportuna y gratuita de mascarillas y otros implementos sanitarios a toda la comunidad escolar (pública).
Sin embargo, solo estos esfuerzos sanitarios, que incluso presentan deficiencias, no serán suficientes para recuperar el nivel y calidad educativa después de la virtualidad y más si las clases se están impartiendo en horario reducido, por grupos en doble turno o alternando la asistencia.
¿Qué se puede hacer?
Es indispensable que las instituciones educativas sinceren el horario efectivo de clases presenciales que han previsto y están cumpliendo. Asimismo, el MINEDU y MINSA deben evaluar ampliar los aforos permitidos, si para la gran mayoría de actividades estamos al 100%, resulta poco lógico no usar el mismo tope para algo tan esencial como el retorno escolar. En consecuencia, se necesita ampliar las horas de clase presencial, con el objetito de recuperar los aprendizajes en los escolares.
Retornar a clases es prioritario, pero hacerlo bien y con el objetivo de superar las deficiencias académicas de la virtualidad es urgente y necesario.