Principal

Los posibles candidatos que se suben al carro de una ‘nueva Constitución’ para ganarse alguito

Publicado: 29/10/2020
4 minutos

Lo sucedido en Chile no es un triunfo político de nadie, como por ahí se pretende presentar. Y Perú debe tomar su propio camino en abril próximo. Acá te explicamos porqué.

En el Perú, más de un posible candidato ya se colgó de lo que acaba de suceder en Chile, a raíz del reciente plebiscito en el que la mayoría de ciudadanos de este país votó a favor de cambiar la Constitución de la dictadura de Pinochet. Algunos políticos peruanos buscan ganarse alguna simpatía o voto quizá entre quienes ven en este proceso una solución mágica a los problemas de un país, cuando la realidad y la evidencia muestran lo contrario.

Uno de los primeros en hacerlo fue Julio Guzmán, quien acaba de inscribir su precandidatura a la presidencia por el Partido Morado. “El Perú está a puertas de una elección y el Partido Morado liderará a una plataforma reformista para generar un cambio de verdad”, escribió en un tuit.

También lo hizo Verónika Mendoza, la líder del movimiento de izquierda Nuevo Perú, que festejó lo ocurrido en el vecino del sur. “En el Perú también merecemos construir un nuevo pacto social sobre la base de la justicia, la soberanía, la igualdad y la solidaridad”, agregó en Twitter.

Otro posible candidato al que le entusiasman las ‘nuevas constituciones’ es Ollanta Humala. El expresidente, que enfrenta procesos por corrupción en el marco del caso Odebrecht, dijo que en Chile “la nueva constitución pondrá fin a un pasado doloroso y permitirá construir un mejor futuro”.

Humala, que volvería a tentar la presidencia en el 2021 -salvo que sus problemas con la justicia se lo impidan-, defendió la idea de una nueva Constitución en octubre de 2019, durante una actividad en Huancayo con militantes del Partido Nacionalista. «Creemos nosotros, los nacionalistas, que con un nuevo parlamento vamos a poder trabajar, vamos a poder convocar, organizar una asamblea constituyente para buscar, lo que pienso, una nueva constitución», dijo aquella vez en un video difundido por ATV.

Pero cuidado, que no te floreen…

Lo sucedido en Chile no es un triunfo político de nadie, como por ahí se pretende presentar; es todo lo contrario, es una victoria de la ciudadanía frente a los partidos que se han repartido el poder desde la caída de Pinochet, en 1990. Fue un proceso que se inició en las calles por mejores condiciones de vida, con las protestas de octubre de 2019, y terminó en las urnas un año después. El rechazo a los políticos, de gobierno y oposición, fue contundente: 79% votó a favor de que la nueva carta la redacte una Convención Constituyente compuesta por ciudadanos especialmente electos para ello.

En este tema también hay falsas oposiciones: los que creen que una nueva constitución es una varita mágica; y los que sostienen que se trata del apocalipsis. Ni lo uno ni lo otro. Es un proceso que no está libre de riesgos y es posible que al final no cumpla con la promesa mayor de un futuro mejor. Ejemplos hay muchos, y de hecho, las naciones con más constituciones en su historia son las más pobres y las menos desarrolladas; y las que solo tuvieron una o dos, a las que fueron haciéndoles ajustes y adecuaciones, son las más prósperas.

¿No crees? Mira: entre los países con menos constituciones en su historia están EEUU (1), Canadá (1), Bélgica (1), Noruega (1), Suecia (2), Japón (2) y Alemania (3); en el otro extremo, entre las naciones con más constituciones, figuran República Dominicana (32), Venezuela (26), Haití (24), Ecuador (20), Bolivia (16) Nicaragua (14), Honduras (14) y Perú (12). ¿Notas la diferencia entre unos y otros, no? ¿En qué grupo te gustaría estar?

Así que ya saben, en estas elecciones de abril los peruanos debemos elegir nuestro propio camino, que los candidatos no te floreen con el rollo ese de refundar todo el país y que ellos tienen la receta para arreglar todo lo que está mal. Escucha a quienes te ofrezcan soluciones viables y razonables para problemas reales, que nos afectan a todo, como el empleo, la informalidad, la educación, la salud y la inseguridad.

(Imagen de cabecera: Piensa.pe/Kike Limaymanta)