El Perú, lento como tortuga, sigue sin cerrar acuerdos oleados y sacramentados para la adquisición de vacunas. Lo único que cerró, como ya lo hemos comentado antes, es el pago al programa de vacunas de COVAX de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que permite a los países menos desarrollados acceder a vacunas. ¡Sí, somos un país subdesarrollado!
Los últimos países que acaban de comprar vacunas son Vietnam y Tailandia. El primero tiene 100 millones de habitantes, el segundo 70. Vietnam compró 30 millones de dosis de la vacuna de nuestros amigos de AstraZeneca; pero sigue, sin parar, con negociaciones para adquirir vacunas de Pfizer, de la Rusa Sputnik y otras de China.
En cambio, Tailandia, recibirá la vacuna de Sinopharm de China, la cual le llegará en el mes de febrero. Pero también han comenzado a producir localmente la vacuna desarrollada por AstraZeneca… ¡ayy, las ventajas de tener laboratorios con certificados de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM)!
Miren, acá ya hemos colocado una línea de tiempo de los vaivenes peruanos en la adquisición de la vacuna. Pero existió una resolución ministerial que no la vimos, la RM N°928-2020 y no se vio porque fue publicada un día, digamos, complicado: El 9 de noviembre. ¿Qué dice esa resolución? Lo más importante es que se aprobaba un presupuesto de S/ 4.1 mil millones para comprar vacunas y financiar toda la cadena logística que involucraba su adquisición: mantener, repartir y aplicar por todo el país.

Lo anterior es una captura de la página 33 de la resolución. Notemos que para el 2020 ya se tenía un presupuesto aprobado por más de S/850 millones. Suponemos que de esa partida, se pagó lo que corresponde a Covax (más de S/50 millones por 13 millones de vacunas). Con esto, queremos demostrar que, para variar, no es un tema de recursos. ¿Pero por qué, como país, estamos en la cola en adquirir las vacunas? Por increíble que parezca, muchos países no solo compran las dosis que necesitan, también están adquiriendo dosis extras. “¡Qué nos presten y después se las devolvemos!”, dicen algunos.
Una posible respuesta a la pregunta: En el caso de Pfizer, las negociaciones se estancaron porque se pasaron de exigentes en las condiciones. Como cuenta Fernando Vivas en una nota para El Comercio: “Los peruanos habían aceptado la condición que pedía Pfizer de que el Perú declarara oficialmente que sometía cualquier controversia a arbitraje internacional (…) pero el laboratorio quería que se dejara expresa constancia de ella y que se refiriese explícitamente a la vacuna.
Hasta ese momento, se cedió a las exigencias y el 02 de diciembre se promulgó el Decreto Supremo DS N°186-2020-PCM, que indicaba: “Se autoriza al Ministerio de Salud para que, en el marco de los contratos para la adquisición de vacunas (…), exprese el compromiso del Estado peruano de someter al arbitraje internacional las controversias (…). La autorización establecida en el presente artículo comprende la renuncia a la inmunidad soberana”.
¿Con eso atracaron los de Pfizer? Tampoco. Querían más. Exigió, como explica Fernando Vivas, algo como que el “Perú autorizase a que, en el caso que perdiese un arbitraje, el laboratorio pudiera cobrarse con activos peruanos en el extranjero: embargar bienes muebles del servicio diplomático, naves militares, objetos prestados a museos. A lo que los funcionarios del Minsa y de Relaciones Exteriores dijeron “un momentito. Eso no te lo aceptamos”.
¿Otros países aceptaron eso? No lo sabemos, porque los acuerdos son confidenciales. Es complicado aceptar ciertas condiciones sobre renunciar a la soberanía cuando tienes a miles de enfermos y una economía, aunque recuperándose, aún parada que las vacunas pueden ayudar a revertir. Por otro lado, que una empresa exija tanto en caso se presenten problemas legales, ¿por qué es? ¿Desconfían de su producto? ¿Se saltearon pasos en la investigación? Será el tiempo el que nos muestre si fue correcto no aceptar las exigencias de Pfizer.
Las negociaciones siguen abiertas. No solo con Pfizer, también con AstraZeneca y Sinopharm que está haciendo sus ensayos desde el mes de octubre en Perú. De la vacuna de Moderna no podemos esperar mucho, dado que casi toda su producción irá a Estados Unidos. Eso sí, para ponerte los pies en la tierra, vamos a ir a votar en las elecciones de abril sin estar vacunados. ¡¡Eso de saque!! Así que a cuidarse todavía.