El otro día mi amigo Pepo, que es un funcionario de carrera, correcto y eficiente, me contaba, entre sorprendido y fastidiado, cómo en la institución que trabaja han seguido contratando gente en medio de la crisis y lo peor, me decía, en la mayoría de los casos a personal no calificado para lo que necesitaban. “Seguro tiene vara o carné de un partido”, me decía, haciendo referencia a uno de los peores males del aparato público.
Sin embargo, lo que parece una simple anécdota es más bien el claro reflejo de un problema sistemático y cuyas consecuencias las sentimos todos los peruanos. ¿Sabían, por ejemplo, que el aumento de la burocracia estatal es un problema que se ha venido acentuando desde antes de la pandemia? Acá les voy a contar cómo y por qué esto afecta directamente a los ciudadanos. Veamos.
Una forma de medir la burocracia estatal es a través de la cantidad de gasto que se destina al pago de remuneraciones de empleados públicos. Otros gastos en los que se puede incurrir son los bienes y servicios donde están las compras públicas, la contratación de servicios y las consultorías; así también las transferencias que incluye el pago de las pensiones (ONP) y a Essalud que hace el gobierno central.

En el periodo 2015-2020, el gasto destinado a remuneraciones subió 4.0 puntos porcentuales (pps), de 27.1% a 31.1%, respecto al quinquenio anterior (2010-2014). Bajo la misma comparación, las compras y contrataciones subieron 1.7 pps, y las transferencias aumentaron 0.6 pps. Si todo aumentó, ¿qué cayó? La inversión pública ha disminuido en 6.3 pps, de 26.8% a 20.5%. Esta caída se ha dado a costa de esta priorización en gastos corrientes que no resuelven las profundas brechas de infraestructura que tiene el país.
Calidad de infraestructura y riqueza del país

La calidad en la infraestructura tiene un impacto directo en la calidad de vida de la población. Por eso se puede ver que los países con mejor infraestructura son más ricos. Falta invertir aún mucho en infraestructura en el Perú. En el 2020 se calculó que se necesitan 35.500 millones de dólares en inversión de corto plazo para alcanzar niveles básicos de infraestructura. Con la inversión pública que se hizo el año pasado de 8,0 millones de dólares es insuficiente. Además, esta no necesariamente se realiza en las obras necesarias.

¿Dónde es que se ha producido este incremento de las planillas?
Los gastos en remuneraciones han subido en general. Pero ¿quién está gastando más en esto? Son los gobiernos regionales. Es en estas entidades donde se ejecuta aproximadamente el 20% de la inversión pública total. Sin embargo, entre mediados del 2012, inicia un aumento consistente del gasto en remuneraciones, llegando a 60% a fines del 2019. En el resto de los niveles de gobierno no se ve este incremento, por lo que concluimos que el aumento de la burocracia se concentra aquí.

¿Cuál ha sido el costo de este aumento de planillas?
La inversión pública se desplomó de 34% a 16% del gasto ejecutado. El resto de tipos de gasto no han variado mucho. Podemos decir que este aumento de remuneraciones se ha realizado a costa de invertir menos en cerrar las brechas de servicios que los peruanos necesitan. Si bien los gobiernos regionales sólo se encargan del 20% de la inversión nacional, de ellos depende el 71% del presupuesto en inversión en hospitales y equipamiento médico.

Necesitamos por ello ordenar las cuentas y hacer énfasis en la fiscalización de los gobiernos regionales, ya que son estos los principales responsables de la falta de infraestructura sanitaria al interior del país. Lima, así quisiera, sólo controla el 21% de la construcción de hospitales y de equipos médicos (como las camas UCI); en su mayoría depende de las regiones. Que no te floreen.