Me llamo María José de Piérola y desafortunadamente cumplí 18 y 19 años en cuarentena. Lo único para lo que he podido usar mi DNI es para ejercer el deber ciudadano más importante de todos, es decir, votar para las elecciones presidenciales de mi país.
Por mi parte, yo ya tenía mi voto definido hace más de un año, pero debo admitir que la palpable tensión en todo mi entorno, indiferente de la edad o agrupación política, llega a afectarte. Mi generación se llama “Generación Z”, también conocida como generación de cristal a nivel mundial, se jacta de ser la más involucrada en los temas sociales. Existen muchísimos estereotipos que nos acompañan, por ejemplo, que somos débiles, ansiosos, que nos falta educación y salir de la burbuja de las redes sociales.
La confusión de “la gente grande” y el discurso repetido de “no importa por quien votes o que hagas, nunca saldremos de la inestabilidad política,” logró que nosotros sintiéramos un tipo de ansiedad nueva y mucho, mucho peor.
Debo decir que como generación estamos acostumbrados al drama, pero estos resultados de primera vuelta lograron robarle el aliento hasta al más apolítico. Las elecciones nos llenan de un temor y emoción nuevo a todos. Es una sensación de responsabilidad muy distinta.
Ahora nos toca a nosotros, los chibolos pulpines a los que todavía nos toca propina o que tenemos que pedir permiso antes de salir, tomar una decisión muy importante este próximo 6 de junio. Decidir entre la libertad con posible corrupción o la restricción. Entre seguir con nuestra democracia imperfecta y el hambre. Entre la experiencia y desprestigio versus el cambio radical económico insostenible y las exigencias sociales.
No intento disuadir a nadie por quién votar y estoy bastante segura que la mayoría de jóvenes no están votando por su candidato preferido.
Creo que una de las cosas más importantes que nos pueden enseñar estos resultados es cuestionarnos a nosotros mismos. ¿Quiénes votan por Keiko? ¿Qué tanto promete que siente la necesidad de postularse 3 veces consecutivas? O ¿Qué es lo que propone Pedro Castillo y por qué su voto es de protesta?
Probablemente no sea la última vez que nos toque elegir entre los llamados “extremos”. No dejemos que todo sea en vano. No dejemos que el odio hacia una o muchas personas nos cieguen.
Que mejor momento para aprender y escuchar a la juventud que este.