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Expectativas vs proyecciones: o cómo el MEF está en las nubes

Publicado: 17/01/2022
4 minutos

Nuestra mejora económica se está dando por factores externos, no por nuestras propias políticas o decisiones. Por ello preocupa el exceso de optimismo del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), al que ya el Consejo Fiscal le ha llamado la atención varias veces.

En redes sociales leemos opiniones como las siguientes: “El MEF está haciendo bien las cosas, el gasto se está reduciendo”,Ha logrado controlar el déficit fiscal”, “Francke parece neoliberal, no gasta en favor del pueblo”, y muchas más. Estas opiniones se dan porque, es cierto, el déficit fiscal se ha reducido. ¿Qué es el déficit fiscal? Es cuando los gastos que incurre el gobierno, según ellos, en favor de los ciudadanos, son mayores a los ingresos que recauda por impuestos.

Miremos la tabla N°1. Como sabemos, en el 2020, por la pandemia, el déficit fiscal llegó a un 8.9%. Para un país, como el Perú, esos niveles son peligrosísimos. Tuvimos esos niveles en los años 80. El 2021 lo cerramos en “solo” 2.6%. Una caída significativa. Pero, ¿eso es porque el gobierno o todo el aparato estatal fue responsable y redujo su gasto en el 2021? No, en absoluto.

El déficit fiscal se redujo a variables que este año no volverán a repetirse, como por ejemplo el efecto rebote que se dio por la reapertura económica, pago de deudas tributarias de empresas mineras y el boom de precios de los minerales en el mercado internacional, que hizo que la cotización del cobre, nuestro principal producto de exportación, llegue a niveles históricos.

El MEF está emocionado, como perruno con dos colas, con este resultado y con el hecho de que cerramos el 2021 con un crecimiento del casi 13% (cuando estemos en la quincena de febrero te daremos el dato exacto). Por lo menos, Pedro Francke y compañía, se dan cuenta que, para crecer, se necesita producir. Sin embargo, de lo que no se dan cuenta, es que, como dijimos, las variables del 2021 no volverán a darse.

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) proyecta que para el 2022 creceremos solo 3%. ¿Con un 3% es suficiente para aumentar el empleo, reducir la pobreza, que llegó a afectar a un 30% de la población en el 2020, y que la informalidad retorne a los niveles de pre pandemia (que ya era alto)? No, en absoluto, porque esas variables mejoran cuando se crea buen empleo.

¿Y cuándo se crea buen empleo? Cuando existe inversión privada. Casi 500,000 personas, sobre todo jóvenes, han ingresado al mercado laboral. Con un crecimiento del 3% es imposible dar trabajo al que lo perdió por la pandemia y a esa nueva oferta laboral. Además, medidas como la que propone el gobierno, de aumentar la remuneración mínima vital, solo hará que el empleo formal no se recupere.

Lo anterior se relaciona con otra proyección del BCRP, que es que para el 2022 no habrá inversión privada. Esta crecerá en 0%. Y algunos analistas creen que el BCRP también peca de optimismo dado que, según muestran las expectativas (información actual y disponible para tomar decisiones a futuro) sobre el comportamiento del gobierno y su plan para los próximos 5 años, posiblemente la inversión privada no solo no crezca, si no que retroceda; que tenga tasas negativas. Y ahí, la veríamos color hormiga.

El Consejo Fiscal (CF) fue clarísimo la semana pasada. “(…) recomienda adoptar una actitud prudente que se refleje en las proyecciones a partir del 2022, ya que el rebote económico en el 2021 y el repunte en los precios de las materias primas podrían dar una sensación de bonanza económica inexistente”.

También el CF tocó el tema sobre que es prioritario reactivar las leyes que controlan el gasto, las llamadas reglas fiscales. Eso porque el gobierno debe ser responsable con el gasto. Una prueba de que el aparato estatal no fue responsable de la reducción del déficit es porque, con simples decretos de urgencia (DU) aumentaron el gasto en S/5,800 millones. Y un gasto que no fue para inversión, sino para planilla (sueldos y salarios), lo cual iba contra los límites de la Ley del Presupuesto del 2021.

El MEF tiene un rol que es la de ser el protector de las finanzas del Estado, y velar por el sano equilibrio de las cuentas públicas. No puede hacer diagnósticos con información basada en escenarios optimistas. Esos escenarios no crean ni crecimiento ni desarrollo, y tampoco bienestar. Es falaz y aparenta logros que solo se dieron por la coyuntura externa, de la que no toda la vida nos será favorable.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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