Representantes de las rondas campesinas, que apoyaron a Pedro Castillo en su campaña a la Presidencia, llegaron a Lima para reclamar al presidente electo un espacio en su gobierno, exigencia que se suma a las pugnas internas en Perú Libre que han impedido que, hasta el momento, a menos de una semana de que asuma el poder, haya podido definir su gabinete ministerial.
Luis Bocanegra, secretario nacional de fiscalización de las rondas campesinas, anunció que ya le presentaron un proyecto de ley a Pedro Castillo para la creación de rondas urbanas en Lima que luchen contra la inseguridad ciudadana.
“Ahora estoy trabajando las rondas urbanas acá en Lima Metropolitana. En más de 16 distritos ya tenemos nuestras rondas organizadas, listas para brindar el servicio de seguridad ciudadana, y trabajar articuladamente con la policía nacional, con el Ministerio Público y los otros órganos del Estado”, dijo Bocanegra, rondero de Chota, la tierra natal de Castillo.
Agregó que además le han pedido al presidente electo que nombre como ministro del Interior sea un rondero. “Un rondero conoce el país, conoce la inseguridad ciudadana. Los ministros de anteriores gobiernos poco o nada han hecho por la inseguridad ciudadana”, sostuvo Bocanegra.
Según explicó el vocero, el proyecto de ley que le alcanzaron a Castillo busca que se incluya a las rondas urbanas en la Ley 27908, que es ley de rondas campesinas. “No podemos administrar justicia ni actuar mientras no tengamos una ley, autonomía, eso es lo que estamos pidiendo al gobierno y él (Castillo) como rondero nos va a permitir”, dijo Bocanegra.
Las rondas campesinas nacieron hace más de cuatro décadas en la región de Cajamarca, para impedir inicialmente el robo de ganado, pero en los años más duros de la guerra contra el terrorismo (1980-2000), también se organizaron para repeler las incursiones de Sendero Luminoso en varias zonas rurales de Perú.
Expectativa vs realidad
Pero además de no tener un marco legal que les permita participar en la lucha contra la inseguridad ciudadana, las rondas campesinas tampoco tienen la preparación ni los equipos necesarios para ello.
“Necesitamos que los ronceros sean capacitados en escuelas especiales, que porten armamento disuasivo para enfrentarse a las bandas organizadas criminales (…) Un rondero no se puede enfrentar con un chicote a uno que tiene un fusil”, sostiene Bocanegra.
Por ello, lo que preocupa, más allá de la buena intención que pueden tener las rondas campesinas, es la viabilidad de estas medidas, porque de no concretarse, se generaría tensión social en estos grupos, en un país que ya está polarizado.
No se sabe tampoco qué le han podido ofrecer a las rondas campesinas Castillo o Perú Libre durante la campaña para que sus dirigentes hayan decidido organizarse y venir a Lima en grupos grandes desde varios lugares del país. En este contexto han aparecido algunos videos o imágenes de usuarios de redes sociales en la que se ve aparentemente a ronderos en algunos lugares de Lima tomando nota de propiedades en alquiler o venta.