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¿Qué debería incluir el primer mensaje a la Nación de este 28 de julio?

Publicado: 01/07/2021
4 minutos

A menos de un mes de que el nuevo gobierno asuma el poder, el discurso inaugural ante el Congreso debería tener una serie de temas que no pueden dejarse de lado, por la sencilla razón de que darán confianza y estabilidad para poder crecer económicamente y cerrar brechas.

Solo en 27 días, quien asuma el cargo de Presidente Constitucional de la República -que como todo hace indicar será Pedro Castillo- debe dar su primer mensaje a la Nación para explicarle a los peruanos lo que pretende hacer en los próximos cinco años. Debe estar, cual cachimbo en su primer parcial, pensando qué les dirá a los ciudadanos ese día. Con su hoja borrador debe estar armando el que será su primer gabinete (que debe jurar después de que él asuma el mando del país), pero también ideando propuestas y planes para lograr ser un país más equitativo, justo y moderno al final de su mandato.

Las expectativas en el nuevo gobierno serán altísimas. Pero los miedos y la desconfianza también. Un gran sector de la población sigue creyendo que Pedro Castillo es un misterio. Que por tratar de satisfacer a sus correligionarios y miembros del partido, por las promesas que hizo en campaña, hará locuras en lo económico y en lo político y desencadenará una crisis social que terminará generando mayor inestabilidad a la que vivimos en los últimos cinco años.

¿Qué puede hacer para cambiar esto desde un inicio? Desde Piensa.pe creemos que cinco puntos deben tocarse claramente en su primer mensaje a la nación. Estos son:

El primero y más importante de todos: comprometerse al cumplimiento del respeto irrestricto de la propiedad privada. Decir, tajantemente, que no habrá posibilidad de nacionalizaciones ni tampoco estatizaciones. Eso dará una calma general a los agentes económicos y al mercado general. Nadie va a meter plata (invertir) si al final tendrá problemas para decidir cómo usa sus propios recursos.

El segundo punto que debe dejar claro, es la propuesta para continuar enfrentando a la pandemia. El saliente gobierno nos está dejando con una amplia cantidad de vacunas. Sin embargo, con las variantes que se descubren cada mes, se necesitarán más vacunas para refuerzo; también iniciar una reforma de todo el sistema de salud. No es posible que los sistemas privado y público funcionen sin una mínima coordinación y menos que dentro del sistema público de salud (Essalud, Minsa, policial y FF.AA.) cada cual vaya por su lado.

Luego, está el hecho de crear crecimiento económico. Si deseamos ser un país donde la educación y salud sean de calidad y masificada, donde todas las decisiones se tomen en base a ciencia y no con la intuición o el interés propio, ya pues, necesitamos de crecimiento económico para generar los recursos que permitan alcanzar esas metas. En esta época de pandemia se creó el hashtag #SinCienciaNoHayFuturo; bueno, también podemos crear el hashtag #SinCrecimientoNoHabráCienciaEducaciónNiSalud. Así de simple.

Hasta el 2019, tuvimos crecimiento continuo por 20 años y se redujo la pobreza, desigualdad e informalidad. Gráfico N°1 y N°2 te lo muestran. Y ojo, un crecimiento económico bajo no basta. Requerimos tasas mínimas del 5%. Tuvimos crecimiento económico cercano al 3% en los últimos 5 años, y eso implicó no alcanzar menores tasas de pobreza y menor reducción de la desigualdad. Y ni qué decir de la informalidad. Hoy más que nunca se necesita de ese crecimiento para bajar la informalidad alcanzada en el 2020.

Como cuarto tema, la lucha sobre la corrupción. Sí, sí. Todos dicen lo mismo para la tribuna. Y al final, la mayoría no hace nada o lo usa políticamente cuando sus ‘anticuchos’ son puestos a descubierto. La corrupción no solo es un entramado entre un grupo de privados con personas del Estado que buscan beneficios o velar por intereses propios. También implica que los recursos públicos, que deben beneficiar al bien común, son desperdiciados. Miremos la gráfica N°3. Según la Contraloría General de la República, un 15% del presupuesto público se evapora por la corrupción.

Por último, pero no menos importante, es el tema de la Asamblea Constituyente. Si el nuevo presidente desea reformar la constitución, de forma parcial o en su totalidad, debe hacerlo dentro de las reglas de juego que lo llevaron a donde está. No porque ahora tenga el poder puede hacer y deshacer como quiera. La misma Constitución, en su artículo 206, tiene los mecanismos para ser reformada, que es dentro del propio Congreso. Otras maneras son inconstitucionales.

Sobre este último punto, hace poco menos de una semana, Castillo dijo que de todas maneras se iría por la Asamblea Constituyente. No queremos ser pesimistas ni decir que arrancamos mal. Pero justamente eso es a lo que nos referimos con las expectativas creadas en sus correligionarios. Ya no es candidato. Y la madurez y responsabilidad deben prevalecer. Esperemos, por el bien de todos los peruanos, que estas ideas, se desechen. No podemos perder el tiempo, mínimos dos años, en hacer una Constitución mientras tenemos tantas carencias y brechas por cerrar y que puede causar división entre peruanos.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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