Cuida tu billete, Principal

Lo mío, es mío, no es tuyo

Publicado: 13/09/2020
3 minutos

La forma en que Gabriela, mi hija, juega con alguna de sus muñecas (tranquilas amigas feministas, será una mujer independiente y sin prejuicios, no se preocupen) es muy distinta a la forma en la que juega con las muñecas de sus primas o amigas.

Con sus muñecas, hace realmente lo que quiere. Las pinta, las desviste, las viste, las peina de una forma y luego de otra, las moja, las seca, las tira, las recoge, las cuida, y hasta las descuida… Y es feliz. ¿Por qué? Porque son suyas y tiene la certeza de que lo son.

A ella nadie le dio una clase de “derechos de propiedad” en el nido, tampoco en la casa se la dimos. Felizmente ningún profesor universitario le ha querido destruir el cerebro diciéndole que si ella acumula cosas o bienes, luego de morir, el estado puede hacer con ellos lo que quiere, porque ella no tiene derecho a dejarlos en herencia. De todas formas tendría la capacidad para burlarse de tremenda estupidez.

Su sentido de propiedad privada es absolutamente natural y viene con su ADN. Gabriela no tiene más de 5 años, pero entiende la diferencia entre lo propio y lo ajeno. Y aún no entiende el bien público, no le pidamos tanto, pero lo entenderá justamente porque está creciendo en un espacio con bases sólidas. Gabriela no es millonario, ni mucho menos, tiene pocas cosas pero las tiene y las valora, son suyas.

Este sentido de propiedad y su experiencia de poder sobre eso que es suyo, le dan solidez y confianza. La construyen. Forman en ella límites, espacios, garantías, conciencia de la realidad y claridad frente a la realidad. Tener y poseer algo es bueno, es muy bueno. Cuando Gabriela sale a la calle, sabe que sale de su casa, sabe que sale vestida con su ropa, y sabe que si mamá le compra algo, lo hace con su dinero.

La propiedad privada, personal y exclusiva no es algo externo a nosotros, es una cualidad del ser humano y como tal, es automáticamente algo que se debe proteger.

Conclusión: cuando el estado te quiere cerrar el negocio sin justificación, cuando quiere quitarte más dinero a través de impuestos, trámites, costos, burocracia, o leyes, cuando no te deja escoger la educación para tus hijos, cuando no te deja elegir una buena clínica u hospital para atenderte, cuando te pone trabas para crecer y ganar más dinero, está violentando tu derecho a la propiedad, está robándote lo que es tuyo, está destruyendo tu propiedad privada. Que no te floreen.