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Las “sorpresas” de Pedro Castillo que aumentan la incertidumbre

Publicado: 20/08/2021
5 minutos

La próxima semana habrá “sorpresas” en el precio del gas y los alimentos de la población, adelantó el presidente, lo que en lugar de transmitir tranquilidad, hace todo lo contrario. ¿Se viene un control de precios? Por si acaso, acá te explicamos por qué es una medida que destruirá la economía.

Tras semanas de silencio, el presidente Pedro Castillo volvió a declarar, por segundo día seguido, ahora sobre el alza de precios de productos básicos, incluido el balón gas, pero en lugar de transmitir tranquilidad para reducir la incertidumbre galopante que hay en país, por el caos y la improvisación que proyecta su gobierno, hizo todo lo contrario.

“Va a haber sorpresas la próxima semana con el gas y también con los alimentos de la población”, dijo tras la inauguración de la Central de Oxígeno “Respira Loayza” del Hospital Nacional Arzobispo Loayza.

El problema es que un muy mal mensaje que revela que el presidente aún no termina de entender por qué todo está caro y que afecta aún más la ya poca confianza en el mercado que proyecta su gestión, sin contar además que entre líneas se puede entender que esas “sorpresas” de las que habla pasen por un eventual control de precios, con las terribles consecuencias que eso traería para nuestra economía, en un contexto en el que la producción y la inversión en el país están paralizas, lo que advierte que estamos entrando a un nuevo ciclo recesivo.  

En Piensa.pe ya hemos explicado las razones por las que en las últimas semanas, en mercados y supermercados, los precios de alimentos básicos se han incrementado de valor y que no tienen que ver con un complot de las empresas como algunos voceros del oficialismo esparcen por ahí de manera irresponsable.

Ya la inflación acumulada al séptimo mes del año está en 3.18%, según datos el INEI, por encima del rango meta del BCR (entre 1% y 3%). Esto golpea el bolsillo de la gente, sobre todo de los que menos tienen, porque el dinero ya no les alcanza.

La economía funciona en base a la confianza. Es decir, si hay claridad en las reglas de juego que pone el Estado y en el rumbo político, económico y social de un país, los empresarios invierten y contratan, lo cual incentiva el empleo, la producción y la demanda interna.

Pero el gobierno se esfuerza por hacer todo lo contrario. Esa desconfianza e incertidumbre impacta en el tipo de cambio. Es decir, en el precio del dólar, que hoy sigue por encima de los S/ 4.00, cuando en febrero pasado estaba en S/ 3.60. Sin bien hay un factor externo, por la mayor demanda internacional del billete verde, el ruido político interno influye tanto o más que lo primero. El dólar caro provoca que los precios suban y esto a su vez genera inflación, porque influye en los costos de productos como la gasolina, GLP y medicamentos, entre varios otros.

Además, el Perú importa arroz, azúcar, de latas de conserva de pescados, de aceite de soya, de maíz, leche en polvo, carne de res, y similares. Las importaciones se pagan en dólares, lo que encarece su valor si el tipo de cambio se dispara como ahora. El maíz es utilizado principalmente para alimento de los pollos, por ello también este alimento está caro ahora.

No entendemos entonces a qué se refiere Castillo con eso de “sorpresas” en los precios, a no ser que que sacará de su gabinete a todos los ministros cuestionados, empezando por el premier Guido Bellido, que son la principal fuente de inestabilidad hoy en el país, y colocara en su lugar a gente idónea, preparada y con experiencia.

Una decisión de ese tipo impactaría positivamente en el mercado, pero como hemos visto en estos poco más de 20 días de gestión, el gobierno ha mantenido invicta su vocación para equivocarse, por lo que es legítimo pensar que las declaraciones de Castillo aluden a un control de precios, pese a que en el MEF lo habían descartado. Ya la bancada de Perú Libre presentó un proyecto de ley en ese sentido la semana pasada. El problema es que los mensajes positivos que pueda dar el ministro Pedro Francke suelen verse desautorizados por lo que dicen o hacen el presidente, el premier Bellido y hasta el ‘vocero’ oficioso del gobierno, Vladimir Cerrón.

Pero vayamos a los controles de precios (por si acaso)…

No sirven. Ni ayer ni ahora. Nunca han funcionado en ningún lugar donde se han aplicado. Basta mirar el desastre venezolano o los problemas en Argentina para darse cuenta. Su efecto sobre la economía es devastador. En Perú se aplicaron también en los 80, con los resultados que todos conocemos: escasez, hiperinflación y corrupción.

Pongamos un ejemplo con el pollo. Hoy el precio de este producto supera los S/ 10 el kilo en promedio para el consumidor final. Viene un político y dice que no es posible que esté tan caro y fija un “precio justo y asequible para el pueblo”. Entonces decide que el kilo se debe vender en S/ 4 el kilo.

Pero el vendedor de pollo le compra a su proveedor el kilo a S/ 6. Este también tuvo que subir el precio, debido al mayor costo del maíz importado con el que se alimentan los pollos por el alza del dólar. En este caso, el vendedor no solo no dejará de ganar, sino que perderá dinero. Su negocio ya no es rentable y dejará de vender pollos. Entonces el pollo comenzará a escasear y el precio seguirá subiendo. Tras hacer largas filas, solo unos cuentos podrán comprar pollo. Los más perjudicados: los que menos tienen.

Lo que pasó en los 80 en el Perú es el mejor ejemplo de lo dañino que es el control de precios para una economía y cómo los mercados negros hacen que compremos a precios muy altos, productos de mala calidad. ¿Queremos volver a eso? Hay que estar vigilantes.

Comunicador social y periodista, con especialización en nuevos medios, gestión de contenidos y desarrollo tecnológico. Me gusta el café, la cerveza y la libertad de poder elegir y emprender.