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El nuevo Congreso debe liderar las reformas constitucionales

Publicado: 23/07/2021
6 minutos

Las reformas que se requieren van desde regular los poderes del Legislativo y el Ejecutivo, ampliar derechos y deberes civiles, mayor representación política, retorno a la bicameralidad, y reformar el proceso de descentralización.

Ya tenemos nuevas autoridades (tanto en el Congreso como en el Ejecutivo) listas para empezar a trabajar desde este 28 de julio. La chamba que tendrá desde un inicio el Ejecutivo, liderado por Pedro Castillo, es el proceso de vacunación, la reforma en la salud y reactivación económica. Pero el Congreso también tendrá su chambita y no será poca. Ellos tienen que empezar con las reformas constitucionales y liderar ese proceso sin demoras.

¿Qué reformas? Son varias, pero aquí vas a leer las más importantes y prioritarias. La primera tiene que ser una reforma respecto a la división y el ejercicio del poder. Los últimos 5 años, vimos cómo se relacionó el poder Ejecutivo y Legislativo… parecían la guerra de los roses… si no has visto esa película, mírala; aquí está la sinopsis. Aunque tenemos un sistema presidencialista, medio atenuado valgan verdades, el presidente posee control político a través del Congreso. Pero existen artículos en la Constitución donde a ambos les dan amplios poderes, los cuales no son precisos o no están claramente delimitados.

Por el lado del poder congresal, se debe limitar el procedimiento de la cuestión de confianza y censura a ministros. El trato que recibió el ex ministro de educación, Jaime Saavedra, por los congresistas de Fuerza Popular, ilustra que casos así no deben repetirse. La excusa, la compra extraña de computadoras, se basaba en indicios o intuiciones vagas.

A la vez, se debe prohibir la censura del presidente del Consejo de Ministros durante el último año de gobierno; así como eliminar la vacancia por incapacidad moral o, plantearse de una manera precisa, qué significa incapacidad moral. Todo lo anterior, es por el lado congresal.

Ahora toca el lado del Ejecutivo. Este debe estar prohibido de solicitar cuestión de confianza para reformas constitucionales. También debe precisarse las condiciones para que una cuestión de confianza sea considerada otorgada o denegada. Al mismo tiempo, el presidente del Consejo de Ministros debe estar prohibido de solicitar la cuestión de confianza el último año de gobierno. Y el botón nuclear de la disolución del Congreso debe ser normado para casos extremadamente puntuales.

La segunda reforma que se debe iniciar involucra los derechos y deberes civiles. ¡¡Harta polémica!! ¿Debe estipularse en la Constitución, textualmente, la igualdad de género? Creemos que no. Ya existe lo que es la igualdad ante la ley. ¿Debe prohibirse expresamente la discriminación por orientación sexual? En este caso sí creemos que lo debe indicar textualmente. El matrimonio igualitario o la unión civil también debe ser aprobada cuanto antes.

La polémica sobre el derecho al aborto también debe tocarse. Aunque no lo avalamos, no podemos negar que una cantidad de mujeres accede a este de forma clandestina y precaria. Además, el tema debe ser formulado de tal manera que se implementen medidas para evitar llegar a un aborto (a menos que sea por violación), como la educación en prevención y cuidado. A ello, sumarle deberes de las personas en el ámbito tributario, ambiental y económico.

Como tercer punto de la reforma está el hecho que existe baja representación de las minorías. ¿Cuáles? Las poblaciones indígenas, afrodescendientes y nativas de la selva. Aunque actualmente, leyes de menor rango establecen cuotas o porcentajes mínimos para hacer accesible la representación de género, comunidades campesinas y nativas, y pueblos originarios en los Consejos Regionales y Municipales (debemos aclarar que no creemos que las cuotas sean una buena política), sí es necesario evaluar cómo hacer más visible a estas poblaciones relegadas por décadas.

Luego, una reforma sumamente importante es el tema del retorno a la bicameralidad. Es decir, tener dos cámaras en el Congreso. Una cámara de diputados (también llamada cámara baja) y de senadores (llamada cámara alta). Tener una sola cámara ha traído escenarios de inestabilidad y no mayor calidad al crear leyes. A la vez, los problemas que se discuten en el Parlamento no son plurales, solo los de una minoría. Miremos el gráfico N°1.

¿Qué nos dice este gráfico? Que el Perú es uno de los países con más baja representación en el continente. Cada parlamentario representa a más de 250 mil ciudadanos. Es imposible que un parlamentario puede revisar, absolver o entender los problemas, inquietudes o preocupaciones que poseen. En Chile, cada parlamentario atiende a poco más de 120 mil y en Uruguay esa cifra cae a menos de 27 mil.

Dadas estas cifras, los intereses representados en el Parlamento no son plurales. Solo lo alcanza una minoría. Industriales, banqueros, gremios, etc. Ello puede causar la idea que solo intereses ligados al poder económico, pueden o imponen su voluntad.

“Pero Piensa.pe, ello implicaría más gente en el Estado y más gasto. No quiero pagar más dinero por más congresistas”. A ver… sí, es cierto, implicaría más gasto. Pero el tema es no tener más congresistas, sino que sean malos congresistas. Para eso, hay que saber elegir mejor. Miremos la gráfica N°2, es el presupuesto que el Congreso ha tenido en los últimos 3 años y tiene este 2021.

Si nos vamos por un sistema bicameral, podemos restringir su presupuesto a valor promedios de años pasados. Siempre es posible ajustar presupuestos y reducir gastos (sobre todo en viajes y más cuando los congresistas quieren irse a EEU a poco de que se vayan a sus casas, con la excusa de capacitarse).

Por último, y no menos importante es un nuevo debate sobre la descentralización. El camino tomado, creación de regiones en base a la cantidad de departamentos que había más dos creados (región lima provincias y región Callao), ha conducido a una mayor atomización.

Es decir, el proceso actual ha sido político: tenemos más alcaldes, más regidores, más burocracia, los cuales no se comen sino devoran los presupuestos en gollerías… dietas, viajes, sueldos, hospedaje, gastos en evaluaciones o consultorías, etc.; dando como resultado un proceso deficiente y costoso que no le soluciona los problemas a los ciudadanos.

Las macrorregiones fueron creadas para ser entidades económicas y políticamente viables que pudieron ser un contrapeso al enorme poder centralista, por décadas, de solo Lima Metropolitana. Pero eso debe ir de la mano de no solo transferencia administrativa (que se ha venido dando), sino también de desarrollo de capacidades y la gestión de la inversión.

El congreso debe ganar esta partida e iniciar estas reformas si queremos dar estabilidad, lograr la recuperación en salud y económica y enrumbarnos al camino del desarrollo.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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