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Las posiciones ideológicas que ahora se debaten

Publicado: 09/07/2021
9 minutos

En el siglo XX, el debate entre ideologías se resumía entre capitalismo, comunismo o socialismo. Hoy, no solo están esas tres, sino que también encontramos a la derecha, izquierda, caviar, progresismo y liberalismo. En este artículo vamos a explicarte estas posiciones.

Estas elecciones, sobre todo para la de segunda vuelta, deben haber sido las más polarizadas de nuestra historia. Muchos de nuestros familiares, parejas, amigos o compañeros de trabajo mostraron su posición política. Esta tiene que ser respeta y tolerada. No porque piensen distinto a mi, vas a cerrar toda posibilidad de que expongan su posición o dejarlos de lado.

Vamos… familia es familia. Amigo es amigo; tu flaca o flaco lo es porque te gusta cómo te trata o cómo te hace sentir y ya, bueno, al pata de la chamba que nunca te cayó, a ese sí déjale de hablar. Sin embargo, que respetemos las posiciones de los otros, no quiere decir que no los critiquemos. Podemos debatir, enseñar que a veces pueden querer tener buenas intenciones, pero la forma en cómo lo desean, puede traer más problemas o consecuencias nefastas a la situación actual que quieren cambiar.

Todos hemos pasado a tener etiquetas en estas elecciones. ¡Qué dinosaurio eres! ¡Qué caviarón te volviste! ¡Qué facho suenas! ¡Yo soy más progresista que tú! ¡Eres un derechista que solo piensa en tus privilegios! ¡Nosotros, de izquierda, nunca hemos gobernado! El problema con las etiquetas es que nublan el juicio. Te hacen decidir por emociones en vez de por la razón y, es posible, que sean la causa por la que aparecen posiciones extremistas. Pero bueno, pasemos a explicar cada una.

La derecha

Lo primero que caracteriza a la derecha es que cree y defiende al Estado de Derecho. ¿Qué quiere decir esto? En simple, en que en lo único que son iguales los seres humanos es en la igualdad ante la ley.  Cuando uno se inclina o cede al único imperio que debemos respetar, que es el de la ley, implica que las reglas de juego son iguales para todos, desde el rico, al más pobre.

Como vemos, esta igualdad ante la ley, implica o tácitamente acepta que los seres humanos somos diferentes por naturaleza. Y es cierto, ¿o no? Acaso no somos físicamente diferentes, alto, chato, bajo; o con habilidades diferentes (la espacial, el arte, la música, la mecánica, el deporte); o tenemos gustos y preferencias diferentes (con ají, sin ají, café o té, con azúcar o sin azúcar, frío o caliente, blanco o negro, playa o sierra, etc).

Es curioso, pero una de las cosas que nos caracteriza como país es nuestra diversidad. Dice… ¡País megadiveso! Pero esa megadiversidad se da justamente por las diferencias que encontramos. Lo rico de nuestros pisos altitudinales, nuestro variado clima que permite una variedad amplia de flora, que atrae a otra amplia variedad de fauna. Y también porque, lo más importante, nuestra gente es diferente. Diferentes dialectos, diferentes formas de pensar, diferentes realidades.

Y esa diferencia se ve desde el individuo. No hay dos individuos iguales. Cada uno es único. Y es en base a las características de cada individuo, con sus talentos y defectos, que debe salir adelante. “Pero Piensa.pe, la cancha no está plana para muchos”. Sí, totalmente de acuerdo. Las oportunidades, no son las mismas. Pero ahí debe entrar un actor importante, el Estado, que debe equiparar o equilibrar la cancha para aquellas personas que, por causas ajenas a su voluntad, son vulnerables. Esa es su chamba.

Al mismo tiempo, las personas de derecha, verdadera, defienden un libre mercado. ¿Qué implica? Tres cosas: En primer lugar, libertad de acción. Has lo que te plazca hacer y donde seas bueno haciéndolo. Lo segundo, derecho a la propiedad. Recuerden, bien de todos, bien de nadie. Nadie cuidará o protegerá los bienes (sea de consumo o de producción) como su propio dueño. La última, la libertad de contratar con quien quieras, cuando quiera y lo que quieras.

Pero dentro de la derecha, existen dos corrientes. Conservadores y los Liberales. Estos últimos, los veremos al final del artículo. Los de derecha conservadora tienen una posición importante sobre la moralidad. Y no cualquier moralidad. Hacen hincapié en la moralidad que la religión establece. Y esa moralidad religiosa, implica chocar contra ciertas libertades individuales, que no hacen daño a nadie, pero que les molesta, incomoda o no toleran.

La izquierda (caviar o progresista)

La izquierda, increíblemente, ha ganado espacios donde dice luchar por las minorías, acabar con las desigualdades y donde ofrece que es la que más derechos va a brindar. ¿Saben cómo? Con un Estado cada vez más grande, que pueda controlar, censurar, reducir u ocultar posiciones que les hagan frente u oposición. Dentro de la izquierda hay… no variantes, pero se hace llamar de otra manera.

El caviar es el más hipócrita de todos. Lucha por la igualdad, pero es el que más desigualdad genera. Le gusta lo mejor de lo mejor y no es cauto, prudente o con perfil bajo. Publica, orgulloso encima, su última adquisición. Y para remate no ata ni desata. Busca el cargo público para luchar por “justicia social”, pero es un incompetente en todo sentido. No hace nada y tampoco tiene iniciativa para nada. Vive de reuniones, de coordinaciones. Cuando le piden un avance o resultados, les echa la culpa a otros. Pero para cobrar es el primero.

La palabra ‘progre’, viene de que una persona es progresista. A su vez, este término, se deriva de la palabra progreso. O sea, ir hacia adelante, o mejorar. Como la persona de izquierda, se centra en temas sociales. Protección de minorías, justicia social. Lo que lo caracteriza es que busca la igualdad. Asume, erradamente, que todas las personas son iguales y deben ser iguales. Es decir, aquella persona que genera desigualdad, debe ser, cual el pollo de Pio’s Chicken, apanada, dejada de lado.

Como desea que todos sean iguales, el único uso que le encuentra a la ley es que esta iguale. Que sea la gran arma igualadora de los individuos. Aquí se ve una gran diferencia con la derecha, la cual defiende igualdad ante la ley. Ejemplos donde la izquierda usa la ley como arma es cuando ves cuotas de género que atentan contra la meritocracia o cuando al trabajador que labora de una manera más eficiente (más horas, más productividad, etc.) le aplica más impuestos para dárselo a aquel que no trabaja por jugar al play o por estar chupando con los patas del barrio.

Y la izquierda cuando fracasa, es la primera que ve fantasmas para echarle la culpa a otros: el imperio, la derecha, la oligarquía, los ricos, que la Constitución los ata (u oprime, como quieras). Suelen ser inmaduros e irresponsables que nunca asumirán que su ideología va contra toda lógica económica. Por ello, nunca asumirán sus errores.

El liberalismo

En sencillo o en simple, el liberalismo lo que promueve o defiende es que sea el individuo, y sus intereses, el centro de todo orden político. Plantea cómo, dadas las diferentes visiones que existen en cómo llevar una vida plena, estas sean respetadas y que una posición no esté por encima de otra, tratando de imponerse. Un profesor argentino, Alberto Benegas Lynch da la siguiente definición: “El liberalismo es el respeto irrestricto del plan de vida del prójimo”.

Aquí, el que se presenta como derecha liberal se diferencia de la derecha conservadora debido a que no le interesa cómo un individuo plantea hacer su vida. Con tal que no afecte o haga daño a otros, puede continuar con su plan sin que sea coaccionado. Un ejemplo, las personas que pertenecen al colectivo LGTBI merecen todo el respeto y apoyo. Aunque da cólera cuando este colectivo confía más en líderes de izquierda, ideología que más persiguió y desapareció a las personas que decidieron amar de otra manera.

En sencillo o en simple, el liberalismo lo que promueve o defiende es que sea el individuo, y sus intereses, el centro de todo orden político. Plantea cómo, dadas las diferentes visiones que existen en cómo llevar una vida plena, estas sean respetadas y que una posición no esté por encima de otra, tratando de imponerse. Un profesor argentino, Alberto Benegas Lynch dada la siguiente definición: “El liberalismo es el respeto irrestricto del plan de vida del prójimo”.

Aquí, el que se presenta como derecha liberal se diferencia de la derecha conservadora debido a que no le interesa como un individuo plantea hacer su vida. Con tal que no afecte o haga daño a otros, puede continuar con su plan sin que sea coaccionado a no hacerlo. Un ejemplo, las personas que pertenecen al colectivo LGTBI merecen todo el respeto y apoyo. Aunque da cólera cuando este colectivo confía más en líderes de izquierda, ideología que más persiguió y desapareció a las personas que decidieron amar de otra manera.

En sencillo o en simple, el liberalismo lo que promueve o defiende es que sea el individuo, y sus intereses, el centro de todo orden político. Plantea cómo, dadas las diferentes visiones que existen en cómo llevar una vida plena, estas sean respetadas y que una posición no esté por encima de otra, tratando de imponerse. Un profesor argentino, Alberto Benegas Lynch dada la siguiente definición: “El liberalismo es el respeto irrestricto del plan de vida del prójimo”.

Aquí, el que se presenta como derecha liberal se diferencia de la derecha conservadora debido a que no le interesa como un individuo plantea hacer su vida. Con tal que no afecte o haga daño a otros, puede continuar con su plan sin que sea coaccionado a no hacerlo. Un ejemplo, las personas que pertenecen al colectivo LGTBI merecen todo el respeto y apoyo. Aunque da cólera cuando este colectivo confía más en líderes de izquierda, ideología que más persiguió y desapareció a las personas que decidieron amar de otra manera. El asesino de Castro o el sanguinario del Ché Guevara en Cuba son claros ejemplos.

Esperamos que, con estas explicaciones, haber contribuido a despejar algunas dudas y puedan asumir una posición más crítica donde es necesario más debate, más conocimiento y más intercambio de ideas para que se planteen soluciones reales de eliminación de la pobreza y mayor acceso a oportunidades. Así se desenmascarará a inmorales que bajo el discurso de solidaridad, justicia social e igualdad para los pobres, terminan beneficiándose ellos de forma económica y política; mientras los pobres y los relegados del sistema se multiplican.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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