Entre los peores errores, que ni Rosita Chu te podrá predecir, está la propuesta de un subsidio a los combustibles, – camino más tela, como cuando vas a pelotear y tu pata te apadrina con una luca- , pero ahora por parte del Estado. No sorprendería que esta sea la primera reacción sin ser acompañadas de medidas extremas de protección ambiental, muchas de ellas sin sustento técnico y otras apoyada por comunidades indígenas que son lideradas por pseudoluchadores sociales, dejando en el subsuelo nuestros recursos hidrocarburíferos, que en un futuro valdrán poco o nada, como el guano y el salitre ahora.
¡Ojo! Ya que nos encontramos en una transición energética y urge explotar ese oro negro, cumpliendo siempre con los altos estándares ambientales mundiales, hay que safarnos de la locura de copiar el tan romántico modelo boliviano y la renegociación de contratos que tiene como único objetivo apresar mayores rentas, algunas hasta alucinadas. En fin, un conjunto de acciones que formarían parte de los hilos de una soga, en la que el futuro salado lleva por nombre: industria hidrocarburífera.
Los tiempos son otros, hoy en día, a las empresas se les resulta muy complicado financiar proyectos petroleros, la tecnología avanza y nos quedamos; pero, sobre todo, hace falta la capacidad e interés del Estado para poner en agenda este sector que necesita más que un viceministerio, más que la mención en un discurso, necesita realmente de todos. Entre los planes de acción, citaré algunos que la revista Energía Andina1 pudo hacer un buen junte en su último número, la cual cuenta aportes de expertos en este sector:
- Homologar el canon petrolero con el canon gasífero, por la Ley Nº27506. Y modificar el reglamento de regalías y el de calificación de empresas.
- Definir el rol de Petroperú en: exploración y explotación, transporte y almacenamiento, petroquímica y distribución. Además, fortalecer a Perupetro para las contrataciones del Estado. Es decir, dar mayor participación a nuestras dos figuras petroleras.
- Aumentar e impulsar la inversión para las energías renovables, cuya convivencia con la energía convencional pueda facilitar la transición energética.
- Impulsar el SIT-Gas (Sistema Integrado de Transporte de Gas Zona Sur del País), ya mencionado en la primera parte, el Proyecto 7 regiones y sobre todo la industria petroquímica.
- Diseñar un planeamiento estratégico que permita lograr todos estos objetivos, acordado con todas las partes políticas e institucionales del Gobierno.
La naturaleza del sector hidrocarburífero no obedece orientaciones políticas, ya que por encima de todo está el bienestar social y el desarrollo sostenible de nuestro país. Por ello, con músculo político e inteligente, se puede revertir esta situación. Siempre acompañado de conocimiento técnico y sentido común, los resultados podrán ser favorables, al menos en el mediano plazo. No desesperes, hay solución, pero igual te recomiendo que no dejes este tema de lado, es tan o más importante que los demás, ya que nada se puede mover sin energía que lo permita.
Referencias:
1https://www.calameo.com/books/006547799956e7ecc99dd