A veces, la gente se pregunta: ¿por qué el Perú no es un país rico como los países desarrollados? Una vez me dijeron: “simple: si yo fuera presidente, haría que se imprima un montón de plata y lo repartiría a los más pobres”. En principio, suena lógico. Si el problema de un país es la falta de dinero, pues que se imprima más dinero. ¿Se soluciona el problema? Rotundamente NO.
Veamos qué es lo que pasaría. El presidente sale en televisión a brindar un mensaje: “Compatriotas, le declaramos la guerra a la pobreza. A partir de hoy, los peruanos recibirán S/3,000 mensuales”. Las personas saltan de alegría. Luego de cobrar el dinero, van al mercado y llenan su refrigeradora para el mes. Todo es felicidad. El comprador llena su refrigeradora y el comerciante vende toda la mercadería. Pero, el comerciante se da cuenta que se agotan muy rápido sus productos y no puede atender a toda su clientela, así que hace lo que haría cualquier persona en su posición: subir sus precios para ganar un poco más. Al siguiente día, los compradores van al mercado y se dan con la sorpresa que las cosas están más caras. Antes podían llenar su refrigeradora para el mes, pero ahora ese dinero vale menos y solo pueden llenar su refrigeradora por 20 días. El presidente, para calmar la situación, sube la asignación de S/ 3,000 a S/4,000. La gente recupera su alegría, pero hay muchos queriendo comprar y pocos vendedores con capacidad para atender al público, por lo que nuevamente suben los precios. Esta vez, la gente solo logra llenar la refrigeradora por 15 días. La gente enloquece y empieza a reclamar, el Gobierno imprime más dinero, los precios siguen subiendo y el dinero pierde su valor, en un círculo de nunca acabar. Entonces, la población, en vez de enriquecerse, se vuelve más pobre. Esta subida desmedida de precios se llama inflación.
Lo anterior se ha vivido durante el primer Gobierno de Alan García. Por ejemplo, en 1985 el pan costaba 20 céntimos de intis y en 1990 costaba 1700 intis. Eso es, además, lo que está pasando con Venezuela ahorita.
La reflexión de esto es que el dinero no sale del aire. El dinero es solo un medio para que tú y yo podamos intercambiar productos. El dinero de por sí no vale nada. Solo es un simple papel o una moneda. La única forma real de crear riqueza es produciendo bienes y servicios y que haya gente que pueda pagar por ellos.
¿Entonces qué puede hacer el Gobierno por nosotros? El Gobierno puede estimular el incremento de riqueza a través de la creación de infraestructura como carreteras, promover la estabilidad económica y jurídica para que la gente pueda hacer negocios con seguridad, estimular el ahorro, educar a la población para incrementar el capital humano, etc. Cualquier solución mágica es solo eso, una ilusión.