Tras la renuncia del congresista Manuel Merino, apenas cinco días después de haber asumido el cargo de presidente interino, este lunes el Perú sigue sin la claridad de quién asumirá ahora las riendas de la transición de cara a las elecciones del 11 de abril de 2021, en medio de una grave crisis política y social, a la que se suma una emergencia sanitaria y económica por la pandemia de la Covid-19.
El Congreso, que también se había quedado sin cabeza por la renuncia de todos los integrantes de la Mesa Directiva, realizó el domingo una sesión plenaria de emergencia para intentar elegir una nueva mesa, pero no hubo consenso pese a las conversaciones previas de las bancadas. La única lista que se presentó, que encabezaba la congresista del Frento Amplio Rocío Silva Santisteban, logró 42 votos a favor, cuando necesitaba 60 para ser aprobada. Además, hubo 25 abstenciones.
Esa lista la completaban Francisco Sagasti (Partido Morado) en la primera vicepresidencia, y Luis Roel (Acción Popular) y Yéssica Apaza (Unión por el Perú) en la segunda y tercera vicepresidencia. Todos estos votaron en contra de la vacancia de Martín Vizcarra, excepto Apaza, que era parte de las negociaciones. Los 52 votos en contra que obtuvo esta lista provinieron principalmente de Frepap, Fuerza Popular y Podemos Perú.
Ahora, el pleno del Congreso se vuelve a reunir la tarde de este lunes, para elegir entre dos listas que se habían inscrito, pero minutos antes del inicio de la sesión previsto para las 2 pm, se retiró una de ellas y solo quedó la primera fórmula que encabeza Francisco Sagasti, del Partido Morado (presidente), y la completan Mirtha Vásquez, del Frente Amplio (primera vicepresidencia); Luis Roel, de Acción Popular (segunda vicepresidencia); y Matilde Fernández, de Somos Perú (tercera vicepresidencia).
La lista que se retiró la lideraba María Teresa Cabrera, de Podemos Perú, y la integran los parlamentarios Leslye Lazo de Acción Popular, Mariano Yupanqui de Somos Perú y Yessica Apaza de Unión por el Perú, en la primera, segunda y tercera vicepresidencia, respectivamente.
¿La razón? La congresista Lazo no firmó el documento con el que se inscribió la lista, y luego dijo que ella no aceptó participar en esa fórmula.
Así, las bancadas y los congresistas que provocaron esta crisis política negociaron a puertas cerradas y en secreto para definir los nombres que pondrán sobre la mesa, cuando lo que se requería era un mínimo de transparencia, para que evitar que se tomen decisiones por presiones e intereses particulares.
Si la fórmula de Sagasti logra los votos para dirigir la Mesa Directiva, este asume de forma automática las funciones de la Presidencia de la República, ante la ausencia de vicepresidentes en el país, según manda la Constitución.
Ejecutivo sin cabeza
Merino anunció su renuncia el domingo último tras casi una semana de protestas ciudadanas que se inicieron el lunes 9 pasado y que el sábado último cobraron la vida de dos jóvenes estudiantes: Jack Brian Pintado Sanchez (22 años) y Jordan Inti Sotelo Camargo (24). Ambos fallecieron por impactos de perdigones disparados por la Policía.

No estaba en los planes del congresista de Acción Popular dejar el cargo. Y así se lo hizo a saber a los miembros de su gabinete ministerial y a otros actores políticos con los que había conversado. Pero todo cambió en apenas unas horas, cuando el sábado por la noche al menos 13 de sus 18 ministros le comunicaron su renuncia, tras la muerte de los dos jóvenes en la marcha de ese día, que además dejó casi un centener de heridos y denuncias de manifestantes desaparecidos.
En el Congreso, las bancadas que lo habían llevado al poder le quitaron su apoyo y le pidieron que evalúe su renuncia; de lo contrario inciarían un proceso político de censura. En el mismo sentido se habían pronunciado también los gobernadores regionales. Es decir, Merino se había quedado solo, sin respaldo y con un enorme repudio ciudadano. Su permanencia en el cargo se hizo insostenible.
Ahora, mientras no haya un nuevo gobierno interino, los ministros siguen en funciones, así hayan renunciado, para evitar un vacío de poder. Pero se trata de una mera formalidad, porque en la práctica, no van a poder tomar decisiones, y sin una defición clara sobre el rumbo que tomará el país, no se despeja la incertidumbre actual, con las consecuencias políticas, sociales y económicas que ello implica.
(Foto de cabecera: Reuters)