Existen temas urgentes que siguen sin ser atendidos por el Estado, algunas veces esto atenta a la economía del país. En este caso es el sector pesca que en los últimos 10 años ha sufrido una caída del 74%.
Entre el 2009 y el 2017, el desembarque de anchoveta cayó de 6 a 3 millones de toneladas métricas por presiones ambientales y regulatorias. En el Perú, el porcentaje del derecho de pesca con respecto al precio de playa de la anchoveta supera al de otros países del mundo.

Para ponernos en contexto, tenemos países como Marruecos que el pago total de derecho de pesca sobre el precio de playa es del 2%, uno de los más bajos. Tenemos otros países como España que es del 3%, Canadá del 4%, Japón con 5%, Corea con 6% y recién aparecemos nosotros con un pago total de derecho de pesca sobre el precio de playa del 7%.
Ahora, no hay que malinterpretar las cosas acá. Las presiones ambientales están totalmente justificadas. La práctica de la pesca a nivel industrial no solo es un gran contaminante, sino que depreda la flora y fauna marítima.
El problema radica en que, si bien tienen que haber regulaciones ambientalistas para proteger el mundo, se debe de compensar la limitación de la actividad económica con la reducción de pagos de derecho para practicar esta actividad.
La pesca representa una porción importante dentro de la economía del país y si el Estado no hace algo al respecto para apoyar este sector, el más perjudicado será el país, y por defecto, nosotros.
[Foto de portada de Andina]