El señor Avelino no sabe lo que significa un trabajo formal. Su primer trabajo, a los 17 años, fue como cargador en el ex mercado de la Parada. Estuvo ahí hasta los 27 ó 28 años. Luego, gracias a su hermano Héctor, consiguió un trabajo en un programa de limpieza de las cuencas en los ríos Chillón y Rímac. Duró entre 4 a 5 meses. Después retornó a su puesto de cargador. Ya con 30 años, le dijeron para que participe en otro trabajo de mantenimiento de la carretera Lima-Canta. Sin embargo, lo descartaron porque no era mano de obra calificada. Hoy, a sus 44 años, tiene un puesto de abarrotes en el mercado de La Victoria.
La historia que acabas de leer es la de muchos ciudadanos que accedieron a programas de puestos temporales de empleo. Avelino no se queja… los S/500 que le pagaron por cada uno de esos 4 ó 5 meses le cayeron bien. Sin embargo, reconoce que era un trabajo donde no aprendió u obtuvo nuevas habilidades: “Teníamos que centrarnos en retirar maleza que pudiera retener desperdicios cuando el río subiera al igual que todo tipo de piedras, si eran muy grandes, llamaban a la maquinaria [pesada], (…) y retirábamos todo lo que era plástico”.
Entonces, dado lo anterior, tenemos que referirnos a una parte del mensaje del presidente de la República que dio el día lunes: “Con el propósito de generar empleo temporal a nivel nacional, en esta primera etapa suscribo [un] Decreto Supremo autorizando la transferencia de S/299 millones de los S/700 millones que se tiene programado para iniciar la creación de 260 mil empleos a lo largo y ancho de todo el país”.
Dos características sobre programas de empleos temporales que crea el Estado: uno, absorben a personas con baja calificación de mano de obra, en las que pocas veces se les capacita; y dos, son creados por gobiernos locales, es decir, donde muchas veces la gerencia o gestión no es su fuerte.
¿A qué vamos con esto? A que las publicitadas medidas de que van a generar empleos temporales no moverán la aguja. Como se vio en el caso de Avelino, ayudan, pero lamentablemente el contexto del 2005-2006 cuando pasó eso, no es igual al contexto del 2021, en el que hay una economía paralizada y donde tienes a una gran cantidad de personas desempleadas o que han caído en la informalidad. Miremos la tabla N°1:
Hoy, la actividad económica absorbe a 5% menos de personas ocupadas respecto al 2019. O sea, aún no retornamos a niveles pre pandemia. Y ojo al dato, a comparación del 2019, hay un 54.3% más de personas desocupadas que buscan chamba, pero no encuentran trabajo por las restricciones que todavía hay a raíz de la pandemia y por los poco claros mensajes del gobierno sobre el rumbo del país, lo que genera incertidumbre y frena las decisiones de muchas empresas para invertir y contratar.
El gobierno desea destinar S/700 millones entre el 2021 y 2022 en programas estatales de empleo temporal con el objetivo de crear 500 mil puestos de trabajo provisionales. Y, como dijimos, lo publicita como si fuera la gran solución. Pero no lo es… hace que perdamos de vista cómo generar más inversión privada, que es la que crea puestos de trabajo permanentes, en los cuales la gente puede capacitarse o es capacitada, tienen beneficios sociales y a un ingreso permanente por un mayor período de tiempo. También nos distrae de las reformas que deben implementarse en el mercado laboral local, que se caracteriza por dos cosas: baja productividad y alta informalidad.
El ministro de Economía, Pedro Francke, dice que muchas de sus medidas tienen el aval del Fondo Monetario Internacional (FMI). Dice también que su política de entrega de bonos ha sido recomendada por esa entidad. Y se refiere a un documento que mencionó cuando era parte del equipo económico de Juntos por el Perú. Te lo comentamos aquí y aquí (esta última nota fue la que generó una oleada de hate por parte de Verolovers, solo porque mostramos la verdad)… De democráticos tienen todo lo democrático que tenía Lenin y Mao juntos.
En fin, continuemos, ese informe sí dice que los bonos son importantes en el contexto que vivimos, pero deben ser focalizados en el sentido que no pueden ser universales y por un lapso de tiempo. Pero, ¿saben qué más dice ese informe? Que el Perú debe realizar una reforma en su mercado laboral. La actual legislación laboral genera hartas distorsiones que impiden que los trabajadores se formalicen. Pero, ¿en su mensaje de 28 de julio, o del lunes 06 de septiembre el presidente Castillo dijo algo sobre reforma o flexibilización del mercado laboral? ¿O el mismo Pedro Francke, que le gusta hacerle caso al FMI, ha planteado el tema? No pues… solo usan lo que les conviene….