No me florees, Principal

La corrupción no tiene ideología (y la izquierda lo sabe)

Publicado: 03/03/2021
4 minutos

Verónika Mendoza se presenta como la única candidata limpia en estas elecciones, pero,¿qué tan cierto es? ¿Podrá decir eso de algunos de sus socios y antiguos aliados? Hagamos memoria.

Uno de los mensajes de la izquierda peruana en esta campaña sugiere que este sector político está libre de corrupción, pero lo cierto es que esta no tiene banderas ni ideología, y tampoco un modelo económico predilecto, como lo ha evidenciado en los últimos años el caso Lava Jato.

El escándalo Lava Jato nació en Brasil, con el Partido de los Trabajadores de Lula Da Silva —una prominente figura de la izquierda latinoamericana—, y se extendió a toda la región. En Perú alcanzó a los últimos expresidentes, desde Alejandro Toledo, pasando por Alan García, Ollanta Humala y PPK, y a líderes políticos y autoridades, como Keiko Fujimori, Yehude Simon y Susana Villarán, entre otros.

Ahí hay para todos los gustos y colores, de derecha, izquierda, progresistas, etc. El común denominador que los une es el mercantilismo, porque usaron su poder e influencia para beneficio propio. Se acusan de corruptos unos a otros, pero todos fueron parte del ‘modelo de negocios’ que instituyeron constructoras brasileñas como Odebrecht y OAS, que repartían coimas a granel y financiaban campañas a cambio de millonarios contratos públicos.

Son mis amigos, pero no sé nada

Así, el discurso de Juntos Por el Perú, coalición de izquierda por la que postula Verónika Mendoza en este proceso electoral, de que tienen las manos limpias y que su candidata es la única que no tiene juicios abiertos, choca con la realidad cuando vemos que en sus listas al Congreso lleva a siete candidatos con antecedentes penales.

Fuente: EC Data
Propaganda en redes de Mendoza que destaca que no tiene cuentas con la justicia.

Además, varios de sus antiguos aliados tienen procesos en marcha por corrupción. La misma Mendoza se vio salpicada en la investigación contra el expresidente Ollanta Humala y su esposa Nadine Heredia por los aportes ilegales de Odebrecht de US$3 millones. Ambos estuvieron en prisión preventiva, pero ahora afrontan el proceso en libertad. Humala incluso busca otra vez la presidencia en las elecciones de abril próximo, pero casi no tiene chances.

Mendoza fue dirigente del Partido Nacionalista y asistente personal de la exprimera dama. En ese contexto, hizo anotaciones en la ya famosa agenda de Heredia donde llevaba las cuentas del partido. Primero rechazó que sea su letra, pero luego lo admitió tibiamente. “No niego categóricamente que pudiera haberse dado”, dijo en el 2016, cuando era candidata presidencial del Frente Amplio.

Otra de las antiguas aliadas de Mendoza en la campaña del 2016, la exalcaldesa de Lima Susana Villarán, afronta un proceso por haber recibido US$10 millones de Odebrecht y OAS de manera ilegal. En principio se dictó prisión preventiva en su contra, pero en mayo del año pasado se dispuso arresto domiciliario, ante el riesgo de que se contagie de COVID-19.

El expremier Yehude Simon, fundador del Partido Humanista, fue socio político de Verónika Mendoza. Para las elecciones regionales del 2016 hicieron una alianza electoral junto con otros movimientos de izquierda (Ciudadanos para el Cambio, Fuerza Social, Patria Roja y Partido Comunista Peruano). Hoy Simon está bajo arresto domiciliario por 36 meses, acusado de recibir US$300 mil de Odebrecht en 2006, cuando era gobernador de Lambayeque.

Uno de los últimos socios políticos de Mendoza fue Vladimir Cerrón, jefe del movimiento de izquierda Perú Libre y suspendido gobernador de Junín, tras ser sentenciado por negociación incompatible y corrupción. Para las elecciones complementarias del 2020, luego de la disolución del Congreso, el partido Mendoza, Nuevo Perú —que no tiene inscripción electoral—, hizo una alianza con Cerrón y Simon.

Esto provocó que varios militantes de Nuevo Perú, como Marisa Glave e Indira Huilca, renunciaran en octubre de 2019. Así y todo, Mendoza defendió esa alianza con personajes cuestionados. “Sé que hay quienes tienen la preocupación legítima por los riesgos y costos que implica este paso. Valoro mucho sus opiniones y las respeto”, dijo en un pronunciamiento que además fue contradictorio, porque agregó: “No vamos a permitir que personas procesadas por corrupción mellen este proceso”.

Para volver a tentar la presidencia, Mendoza se unió con Nuevo Perú a Juntos por el Perú, una coalición de izquierda creada en mayo de 2017 por el Partido Humanista —que cedió su inscripción para fines electorales— y el frente Únete, integrado por Fuerza Social, Ciudadanos por el Cambio, Movimiento por el Socialismo, el Partido Comunista Peruano y Patria Roja.