En el Perú tenemos diversas fuentes de agua como ríos, lagos, lagunas, nevados y demás. Sin embargo, ¿realmente cuidamos nuestras fuentes de vida? Pues no, todo lo contrario: las contaminamos ya sea de manera directa o indirecta.
En Puno, tenemos la dicha de tener el “lago navegable más alto del mundo”, el famoso Lago Titicaca donde desembocan más de 25 ríos. Los principales son los ríos Ramis, Coata, Ilave, Suches (límite Perú – Bolivia) y solo tenemos un efluente: el río Desaguadero, con destino al Lago Poopó en Bolivia.
La mayor parte de la población puneña se dedica a la agricultura, ganadería y pesca, lo que implica el uso de estas aguas no solo para el consumo humano sino también para el desarrollo de estas actividades que son de vital importancia para cientos de familias puneñas.
Los principales ríos afluentes que tiene el Titicaca están contaminados por relaves mineros. El río Ramis se origina cerca al nevado de Ananea, lo que implicaría que sus aguas sean limpias y cristalinas, pero no es así, sus aguas son turbias gracias a la minería informal que se desarrolla en la mina Rinconada y otros. En el río Coata, por ejemplo, se encontró mercurio, cadmio, zinc y cobre a niveles superiores para el consumo humano e incluso estudios detectaron deformaciones de nivel celular en la sangre de los animales que viven en este río. Además, se encontraron toneladas de residuos sólidos y vertimientos de aguas residuales municipales. En el río Ilave también se encontraron metales pesados, además de aguas servidas. El río Suches, al originarse en los límites de Perú y Bolivia, sufre una gran contaminación por parte de la minería informal boliviana y en menor parte por la minería peruana. La bahía interior del lago sagrado de los incas se ve afectado en demasía por la contaminación de residuos sólidos originada por la población y las aguas servidas.
Por todo lo antes expuesto, nos damos cuenta que a pesar de tener tanta agua, esta no puede ser consumida ya que causaría enfermedades que incluso nos llevarían a la muerte.
Muchas luchas ya se hicieron, campañas de limpieza también, pero hasta ahora el estado de esta agua no ha mejorado, por el contrario, empeora cada vez más y más. Si bien es cierto que gran parte de esta contaminación es originada por la minería, también la origina la población al botar sus desechos al rededor del lago.
Necesitamos que el Gobierno central mediante el MINAM, MINEM y demás instituciones, se encarguen de esto de manera eficiente junto a la población. Seamos conscientes en el manejo de residuos sólidos y protejamos nuestros recursos hídricos no solo en Puno sino en todo el Perú.