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La competencia por la vacuna contra el Covid-19

Publicado: 22/09/2020
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Siete meses después del inicio de la pandemia, un puñado de países desarrollados ya encargaron un total de al menos 3.100 millones de dosis, incluso antes de que hayan concluido los ensayos clínicos de las vacunas experimentales.

Existe una competencia descomunal entre las naciones que tratan de conseguir las vacunas contra el Covid-19. Por ejemplo, Estados Unidos ya pactó la compra de 100 millones de dosis de la potencial vacuna con el laboratorio Pfizer por 1.950 millones de dólares. Pfizer es la misma firma que proveería al estado peruano de 11 millones de dosis (calculen aproximadamente a cuánto asciende nuestro contrato).

Además, hay una iniciativa global en curso llamada COVAX, para distribuir equitativamente la vacuna en el mundo, que ha sido suscrita por 64 países y se espera que otros 38 lo hagan pronto. Perú es uno de los firmantes.

El problema: China y EEUU tienen resistencias, y si las dos mayores economías del mundo no se adhieren, el pacto será una mera declaración de buenas intenciones.

“Necesitamos una vacuna asequible para todos en todas partes porque solo estaremos a salvo si todos están a salvo”, apunta el secretario general de la ONU, António Guterres. “Los gobiernos están bajo presión para asegurar suministros para su población de aquellas que tengan éxito. Si los gobiernos compiten, la mayoría de los países podría quedar fuera”, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS) por su lado.

Si no logramos que el estado peruano negocie rápido y con claridad la llegada de la vacuna al país, el virus seguirá yendo y viniendo y todos pagaremos un precio muy alto.

De momento, menos de 10 de cerca de 170 proyectos de vacunas contra el SARS-CoV-2, el virus que causa el covid-19, están en la etapa 3 de sus pruebas, etapa final que define su éxito o fracaso.

El objetivo de la OMS es tener 2,000 millones de dosis de la vacuna contra la Covid-19 disponibles a finales de 2021, y calcula que en total serán necesarias dos dosis por persona en el mundo. Saquen la cuenta. 

Pero más allá de la vacuna, el camino para estar mejor preparados pasa por aprender las lecciones que nos está dejando esta pandemia, por cambiar y orientar los esfuerzos y la inversión en la dirección correcta: fortalecer los servicios de salud, reducir la burocracia en el sistema de compras y contrataciones de este sector, apuntalar la transformación digital de la educación para que el aislamiento no impacte en nuestros niños, niñas y jóvenes, promover incentivos potentes a la inversión para generar más puestos de trabajo, y reducir la brecha de infraestructura para que más peruanos puedan tener mejores servicios y oportunidades de desarrollo.