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La caja se respeta

Publicado: 05/08/2021
5 minutos

Después de la primera sesión del Consejo de Ministros, el ministro de Economía, Pedro Francke, anunció que las reglas fiscales, que fueron suspendidas por la pandemia, se retomarían a partir del 2022.

Y al final Pedro Francke, también conocido como Rey Julién, el famoso lémur del dibujo animado Madagascar, se convirtió en ministro. Ostenta uno de los cargos más importantes dentro del gabinete, el de la cartera de Economía y finanzas. Ese donde manejas los temas de endeudamiento, presupuesto, política fiscal y la inversión pública; o sea, la plata, la money.

El ministro Francke, después de la primera sesión del Consejo de Ministros, brindó, junto al cuestionado de su jefe, el premier Guido Bellido, y al ministro de Salud, Hernando Cevallos, su primera conferencia de prensa. Lo más importante que Francke dijo es que se restablecerán las reglas fiscales que fueron suspendidas por la pandemia.

¿De qué reglas hablamos? De las reglas macrofiscales. A partir de la Ley N°30099 se crearon ciertos requisitos que el Estado debía cumplir para respetar la caja fiscal y para hacer que el gasto público sea más estable. Dos reglas son las importantes. La primera, que limita el déficit fiscal de todo el aparto público a 1% del PBI. La segunda, que se limita la deuda bruta total del sector público a 30% del PBI.

Miremos la gráfica N°1. Aquí se ve el comportamiento del déficit fiscal desde el año 2012. Como vemos, los dos primeros años, no hubo déficit. Cuando el resultado es positivo, se le llama superávit. Es decir, el Estado recibió más ingresos de lo que gastó. Las barras en rojo, son las barras “malas”. Ahí es donde el Estado gastó más de lo que le ingresó por recaudación. Quebró la caja. Pero quebrarla no está mal. A veces es necesario y la misma ley da esa flexibilidad, sobre todo, en casos de emergencia nacional.

Por ejemplo, en el 2017, la ley había estipulado un 2.5% de déficit fiscal para ese año. Sin embargo, apareció el fenómeno del niño que destruyó gran parte de la zona norte del país. Por ello, la ley le permitió aumentar hasta el 3% el déficit para financiar las actividades de reconstrucción. Y lo puedes hacer, si es que después regresarás a niveles tolerados (porque tendrás un superávit o en los parámetros de la ley) como sucedió en el 2018 y 2019. En esos años, se veía una tendencia a decrecer.

Sin embargo, ¿qué pasó en el 2020? Vino la pandemia y arruinó todo. El gasto en sueldos para los médicos, internistas, enfermeras, personal administrativo se disparó, al igual que el gasto en capital para nueva infraestructura hospitalaria, como camas UCI, o de insumos como los distintos tipos de prueba para detectar al bicho que genera el Covid-19. Y era obvio, se tenía que hacer. Miremos la gráfica N°1.

El déficit fiscal alcanzó un 8.9%. la última vez que se llegó a ese nivel fue en 1990 tras el desastroso primer gobierno de Alan García. Esos niveles de déficit no son sostenibles en el tiempo. Por tal razón, deben nivelarse cuanto antes. Por tal razón, Francke anunció que “vamos a someter a la PCM [presidencia del consejo de ministros] una norma para restablecer la regla fiscal y establecer una senda de reducción del déficit y deuda pública (…) para asegurar responsabilidad y seguridad fiscal”.

La regla fue suspendida porque, al iniciarse la pandemia (marzo 2020), no se sabía cuántos recursos se iban a necesitar para hacerla frente. Notemos que en las palabras del ministro habla, también, de la deuda. Miremos la gráfica N°2. Nuestra deuda pública, que considera deuda externa como interna (en un próximo artículo te contaremos exactamente a quiénes les debemos) cerró el 2020 en 35% del PBI. Es decir, un incremento de casi el 30% respecto al 2019.

Lo dicho por el ministro tiene todo el sentido del mundo y es algo que lo ciudadanos debemos exigir. Todo el gasto del Estado se mantiene gracias a la recaudación de impuestos que les cobra a sus ciudadanos. Aumentar deuda, implica no solo devolver el capital, sino también intereses, que serán pagados, no por las generaciones actuales, sino las futuras. Si queremos darle sostenibilidad a las actuales cuentas del Estado y no sobrecargar a las generaciones futuras, tenemos que implementar ajustes para que la deuda retorne a los niveles del 2019.

Pero en la conferencia, Francke se olvidó de mencionar algo si desea cumplir de manera más fácil con las leyes macrofiscales de hacer que el déficit y deuda retornen a niveles óptimos: dar impulso al crecimiento económico. Miremos la gráfica N°3. Mientras mayor crecimiento económico tengamos, mayor recursos obtendrá el Estado (a través de impuestos) y por tanto los ingresos serán mayores o la diferencia con los gastos será menor, con lo que reduces la necesidad de tapar el hueco con más deuda.

De Pedro Castillo ya no esperamos mucho. Su palabra de maestro se depreció a la par que lo hacía nuestra moneda. Al final, está haciendo lo opuesto a lo prometido en campaña, desde que Vladimir Cerrón no sería ni «portero» hasta aplicar lo más tradicional en prácticas políticas, ¿cuál? Hacer una repartija del Estado entre sus patas, ¡y qué patas, por Dios! Esperamos que Pedro Francke tenga éxito, y pueda contener todas las locuras que a Pedro Castillo y a su primer ministro se les ocurran. Sino, será altamente probable que sea un cambio, para mal, del país.

Economista enfocado en lo financiero y políticas públicas, doglover, la pandemia me regresó al mundo gamer. Una sociedad educada y con libertad económica es lo primordial para el desarrollo
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