La llegada de la pandemia alteró la forma en que nos relacionamos, comunicamos y trabajamos. Para muchos, ese cambio fue frustrante y desolador, si es que la muerte llegó a su hogar. Pero después de enfrentar dos olas trágicas y una economía en ruinas, el proceso de vacunación y el levantamiento de restricciones generaron expectativas de recuperación y de vuelta a una normalidad pre pandemia.
Y tuvimos esa sensación de recuperación, pero solo hasta fines de marzo. Vinieron las elecciones y ganó la propuesta que propuso ir contra la estabilidad, la libertad económica, la propiedad privada, etc. Justo las variables que permiten que el clima de negocios sea el adecuado para generar bienestar en la población.
Hoy, el nuevo gobierno ya instalado en el poder, tiene parte de la culpa de actual situación económica. La falta de certeza en las propuestas y el rumbo que tomará y la poca confianza que se tiene en altos funcionarios nombrados, han generado lo opuesto a lo que la población exigía: reactivar la economía para volver a lograr crecimiento y revertir la pérdida de poder adquisitivo. Empecemos con la gráfica N°1
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), el poder adquisitivo de los ciudadanos en Lima se deterioró, de forma brutal, en el último año. La reducción en el ingreso total ha tenido caídas significativas en ambos sexos. En dos años, los limeños han visto reducir sus ingresos en más de S/250. Si te dicen que los peruanos hoy tienen más plata, te están mintiendo.
Siendo el costo de la canasta básica (grupo de alimentos y no alimentos con lo que se cubren necesidades básicas), en 2020, de S/360 por persona, una familia de 4 personas donde solo el padre trabaja, estarían cubriendo sus necesidades básicas con las justas, dado que gana poco más de S/1,460; sin embargo, si es la madre de familia la que posee la chamba, la familia estaría en un grave problema dado que deja de consumir bienes importantes por S/343 o debe pedir prestado al no poder cubrir el 23% restante de la canasta.
La única manera en que la gente pueda lograr mejoras en su ingreso es si se generan trabajos de calidad y eso pasa, únicamente, si la inversión privada se reactiva. No hay de otra. Sin embargo, el gobierno está centrado en mandar los mensajes equivocados al sostener sus propuestas de cambio de la Constitución mediante una Asamblea Constituyente, propuestas que buscan aplicar controles de precios, nacionalizaciones de importantes empresas privadas y apoyos tácitos al peor grupo terrorista latinoamericano.
Ahora, no podemos negar que el contexto internacional también ha jugado en contra. Aumentos en los precios internacionales de importantes insumos como la soya, maíz, trigo o el petróleo, donde se deriva el GLP y las gasolinas, han ocasionado que precios se incrementen. Eso es totalmente cierto. Pero decir que es la única causa de nuestra situación actual, es no mirar o no querer mirar y no aceptar la realidad. Como muestra el gráfico N°2, aunque las familias hayan perdido poder adquisitivo, la inflación puede continuar subiendo, si es que el gobierno sigue mandando los mensajes equivocados.
Muestra de que la responsabilidad sí recae en el presidente de Castillo, es la declaración de la agencia Moody’s: “Probablemente, a fin de año, tengamos un downgrade [baja en la calificación], y de ahí vamos a tener uno cada año y medio, estando a punto de perder el grado de inversión hacia su último año de gobierno”.
Por otro lado, el diario El País, de España, hace unas semanas sostuvo que del Perú salieron más de US$14,000 millones. ¿Por qué se llevarían los peruanos y extranjeros, por voluntad propia, su dinero? Porque las condiciones actuales del país no generan confianza. Por años, mantuvieron sus activos en soles, pero las acciones del nuevo gobierno los incentivó a comprar dólares y mandarlos para otro lado. Es decir, no solo está la demanda por el billete verde, sino que también está el deseo de sacarlo del mercado peruano. Menos dólares en el Perú, hacen que el tipo de cambio aumente.
Otros medios te querrán confundir y dirán que nuestros problemas se deben a lo que pasa en el mundo. Tratando de lavarle la cara a las irresponsables decisiones y a los incapaces nombrados en cargos sumamente importantes por el presidente Castillo. Si el presidente no recapacita, así como lo hizo en el nombramiento del nuevo Canciller, y mantiene el rumbo; entonces no solo mantendremos la situación actual, sino que empeoraremos.