El Ejecutivo finalmente aprobó las medidas que había anunciado para incentivar el empleo formal golpeado por la pandemia. Los incentivos serán para toda empresa -micro, pequeña, mediana o grande- que haya perdido 20% o más de sus ventas entre abril y mayo de este año, lo que deberá demostrar con las declaraciones efectuadas ante la Sunat.
¿En qué consisten las medidas? Básicamente en subsidios de entre 35% y 55% de los sueldos de quienes ganen menos de S/2.400. Entonces, ¿cómo funcionarán estos subsidios? Según el decreto aprobado por el Ejecutivo, varían de acuerdo al tipo de contrato:
- Si son a plazo fijo, el subsidio será de 35% por los tres primeros meses y de 17,5% los tres meses siguientes.
- Si son plazo indeterminado, el subsidio será de 45% los tres primeros meses y de 22,5% los tres siguientes.
El otro aspecto clave de las medidas es priorizar las contrataciones de jóvenes y fomentar los empleos permanentes. Por ello, los incentivos son mayores en estos casos:
- El subsidio asciende a 45% los tres primeros meses si son contratos a plazo fijo, y de 22,5% los siguientes tres meses.
- Si el contrato es a plazo indeterminado, el subsidio es de 55% por los tres primeros meses, y de 27,5% por los tres restantes.
De acuerdo con el ministro de Trabajo, Javier Palacios, más de 200,000 empresas serían elegibles para otorgamiento de subsidio a planilla. Agregó que hasta febrero de este año, o sea, antes de la pandemia, en la planilla electrónica -que es donde se registra al empleado formal- había cerca de 3.7 millones de trabajadores, pero ahora hay 3.2 millones.
«Esa diferencia es la que queremos apuntar para no perder lo que ya habíamos ganado. Lo que necesitamos es todo lo que se ha construido en los últimos años se pueda recuperar», dijo en Exitosa radio.
¿Funcionarán estas medidas?
Ese es el asunto fundamental de fondo, en un contexto en el que según datos oficiales, el empleo formal privado en todo el país alcanzaba a 3.8 millones de trabajadores al cierre del 2019, pero para este año se reduciría a 3.3 millones por la crisis económica y sanitaria provocada por el nuevo coronavirus. Y recién en el 2023 se recuperarían los niveles de empleo formal que habían antes de la pandemia en el país.
¿Cuál será el impacto real de los incentivos en las empresas? ¿Están bien diseñados? ¿Funcionarán a estas alturas de la crisis? Es aquí donde surgen las dudas y está por verse si las medidas beneficiarán en efecto a unos 350 mil trabajadores, como lo estima el gobierno.
Uno de los primeros problemas es que a estas alturas de la crisis, ya muchas empresas quebraron y otras tantas están tan golpeadas que su prioridad es solo subsistir hasta que pase el temporal.
El otro aspecto que puede limitar el impacto de la medida es que el decreto de urgencia señala que primero se contrata y luego el Ministerio de Trabajo decide que si esa empresa es elegible para acceder a los subsidios. “El Estado pagará los subsidios como un reembolso en un plazo aproximado de dos meses luego de la contratación”, confirmó el ministro Javier Palacios.
Así, es probable que una empresa lo piense dos veces antes de contratar a alguien porque no tiene certeza de lo que vaya a decidir el Ministerio de Trabajo luego sobre el subsidio. A esto suma que los requerimientos para ser elegibles son bastante engorrosos. Una empresa tendrá que contratar un abogado y un contador para los trámites, lo que implica que muchas pymes no van a poder pagar estos servicios externos.
Por último, la norma precisa que el Ministerio de Trabajo verificará cada mes -de noviembre de 2020 a abril de 2021- que las empresas elegibles solo hayan reportado nuevos trabajadores en sus planillas; es decir, que no hayan registrado ceses o despidos.
Pero estas siguen siendo medidas temporales, que no atacan los problemas de fondo para incentivar la formalidad en el país, que pasa por flexibilizar y simplificar la legislación laboral, que siendo engorrosa y poco atractiva. Por ello, en abril que son las elecciones, escucha a aquellos candidatos con propuestas sensatas que den facilidades de contratación, y que promuevan la inversión privada, que es la que genera más y mejores oportunidades de trabajo.
(Foto de cabecera: Andina)