A tres días de la segunda vuelta, Perú Libre anunció un «nuevo plan de gobierno», el tercero de la campaña, y también a su «verdadero equipo técnico», en palabras del economista Gonzalo Alegría, que se ha sumado al grupo de asesores del candidato Pedro Castillo, que hace menos de un mes despotricaba de los equipos técnicos y decía que «son parte del pasado» y «parte de la repartija». «Ya tenemos un plan de gobierno constituido tanto para los 100 días, corto plazo, como para el medio y largo plazo», dijo en RPP Alegría.
Otro de los «nuevos» rostros de Perú Libre es María Elena Foronda, quien fue parte de la bancada del Frente Amplio en el Congreso disuelto en el 2019. «Nos ha convocado como parte del equipo técnico en el tema de medio ambiente y en el tema de pesca», dijo la exlegisladora, que fue suspendida de sus funciones por contratar a una condenada por terrorismo.

Luego el candidato de Perú Libre hizo una conferencia de prensa en la Casa del Maestro, ubicada en el Paseo Colón, Cercado de Lima, en la que estuvo acompañado integrantes de su equipo técnico, tanto los ya conocidos, como Pedro Francke o Avelino Guillén, como algunos nuevos rostros.
“Quisiera agradecer a las personas que me acompañan y cualquier intención que quiera quebrar la democracia, cualquier intención de quebrar el orden democrático, político, seremos los primeros en salir adelante para defenderlo antes que todo el Perú”, dijo Castillo Terrones.
Francke -el mismo economista que justifica restringir las importaciones con argumentos políticos y no técnicos-, ha tomado protagonismo en el equipo de Castillo en lugar de Juan Parí. En la conferencia retó al jefe del plan económico de Fuerza Popular, Luis Carranza, a un debate.
En el equipo económico, además de Francke y Gonzalo Alegría, se sumó ingeniero Humberto Campodónico, que fue asesor de Ollanta Humala, expresidente de Petroperú y uno de los ideólogos del cuestionado proyecto de modernización de la refinería de Talara, que le costará al Estado peruano cerca de US$6 mil millones.
Otro rostro no tan nuevo es el de Liliana La Rosa, exministra de Desarrollo e Inclusión Social durante el gobierno del vacado Martín Vizcarra y actual decana del Colegio de Enfermeras del Perú. “Sí, como técnica me he sumado al equipo de salud”, dijo.
También estuvieron otros aventureros sin bandera que ya habían sido presentados como parte del equipo del profesor, como el exfiscal Avelino Guillén, y el abogado Julián Palacín, un conocido promotor de que el Perú tenga una aerolínea nacional.
Improvisación
Castillo ganó la primera vuelta sin tener plan de gobierno ni equipo técnico, porque lo que se presentó ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE) para que pueda postular fue el ideario marxisista-leninista del dueño del partido, Vladimir Cerrón, que se elaboró en el primer trimestre del 2020, por lo que no incluía medidas para controlar la pandemia.
Ahora recién han presentado un «plan para controlar la pandemia y mejorar sector salud», pero igual este documento cae en generalidades y lugares comunes, porque señala que «se debe considerar las capacidades del Estado y de la sociedad para abordar sinérgicamente esta lucha».
En la víspera, Hernando Cevallos, integrante del equipo técnico de Pedro Castillo, no descartó renegociar los contratos de las vacunas -de 60 millones de dosis para este año- que está dejando el gobierno de Francisco Sagasti, con el objetivo -según dijo- de que lleguen antes.
El médico insistió en que pueden vacunar a 1 millón de personas por día, lo cual es inviable, según varios expertos, y agregó que para ello conversan con laboratorios de Argentina, Rusia y Cuba para comprar más vacunas..
El candidato presentó un primer equipo técnico, con Hernando Cevallos y Juan Pari a la cabeza, en un mitin improvisado en La Victoria; apareció de pronto otro personaje, Miguel del Castillo, economista, gerente de un pequeño canal (UCI noticias) de cable e hijo del expremier aprista Jorge del Castillo, que se paseó por todos los medios anunciando que había elaborado un programa de gobierno por encargo del mismo profesor Castillo, pero que sus ocasionales aliados de segunda vuelta, los de Nuevo Perú, desconocían.
Poco después, el partido del lápiz presentó el llamado plan “Perú al Bicentenario Sin Corrupción”, un documento de apenas 13 páginas con medidas para los primeros 100 días de un eventual gobierno de Castillo, pero que era una versión maquillada del ideario comunista de Cerrón, en el que insisten en una Asamblea Constituyente para una nueva Constitución, en la nacionalización de los hidrocarburos y la renegociación de contratos de varias empresas.
Desde entonces Castillo trató de moderar su discurso radical. Cuando no tenía plan ni equipo técnico, el candidato decía en plazas y mítines que iba a desaparecer a las AFP, desactivar el Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, la Sunedu; hablaba de controlar a los medios de comunicación, decía que las empresas y la inversión extranjera «tenían los días contados», entre otras amenazas al sistema democrático y a las libertades civiles y económicas.