El premier Héctor Valer descartó renunciar tras negar las acusaciones de violencia familiar en su contra, pese a que hay una resolución judicial, del 2017, que dicta medidas de protección para su esposa e hija, que lo denunciaron formalmente en la comisaría de San Borja en el 2016.
Según dijo Valer Pinto en Radio Santa Rosa, recién se enteró de las acusaciones en su contra y que a lo mucho, solo “reprendió” a su hija alguna vez, pero lo cierto es que una jueza dictó medidas de protección a favor de su esposa, y le prohibió al hoy ministro realizar “cualquier conducta que constituya violencia y/o acoso en agravio” de ella.
La denuncia policial que interpuso su hija además habla de que Héctor Valer “le propinó bofetadas, puñetes, patadas en el rostro y diferentes partes del cuerpo y jalones de los cabellos”, a lo que se suman los testimonios de vecinos del ahora premier de la Calle Mayer, en San Borja, donde vivió tres años, que confirmaron el talante violento del jefe de gabinete, quien protagonizó varios incidentes de este tipo (atacó al vigilante del edificio por no hacerle un favor y a la mascota de una vecina, además de no pagar mantenimiento por tres años).
«Pero como esto no es cierto (las denuncias por violencia familiar) y acá hay un trasfondo político, seré un hueso duro de roer. Y seré la primera bala de plata que el Congreso gastará”, dijo Valer, con lo que deja entrever, de paso, que su designación puede que no sea tan sorpresiva ni improvisada como se cree, sino que responda a una estrategia de choque y confrontación del gobierno que pone en serio riesgo la estabilidad del país. Una absoluta irresponsabilidad del presidente Castillo.
Valer aludía a la posibilidad de que el pleno del Congreso no le otorgue el voto de confianza que debe pedir en los primeros 30 días de su gestión para lograr su invesditura. La Constitución señala que si el Legislativo le niega la confianza a dos gabinetes de minitros de forma consecutiva, el presidente de la República estará en la capacidad de disolver el Parlamento y convocar a elecciones, como ocurrió en setiembre del 2019 durante la gestión de Martín Vizcarra.
Este mismo jueves, en una accidentada conferencia de prensa, y en un vergonzoso intento por desvirtuar las denuncias en su contra, Valer mostró mensajes de cariño publicados por su hija en Facebook, y ahí también volvió a amenazar al Congreso: “Si el presidente lo cree, seré la primera bala de plata que el Congreso gastará”.
Sea como fuere, la permanencia de Héctor Valer en el gabinete es insostenible y una afrenta para millones de víctimas de violencia familiar en el país, pero eso parece no importarle al gobierno, porque en la primera conferencia de prensa del nuevo gabinete, en la que no estuvo Valer, el ministro de Defensa, José Gavidia, dijo que las acusaciones de violencia familiar contra el premier son “temas personales”, lo que lo pinta además de cuerpo entero.
“Los temas personales, realmente son temas personales”, dijo Gavidia para luego agregar: “Yo tengo un tema muy personal, probablemente ustedes [refiriéndose a los medios presentes en la sala], tienen algunas… interrogaciones”.
Otro ministro acusado de violencia familiar
Ese “yo tengo un tema muy personal», que soltó el titular de Defensa en realidad era una confesion de parte, porque José Gavidia también tiene una denuncia en su contra de este tipo. Latina reveló que el 3 de septiembre de 2021, la esposa del ministro lo acusó de violencia psicológica.
El parte policial se lee que la agraviada explica que es hostigada por Gavidia Arrascue, quien la acusó además, varias veces, de infidelidad y de traicionar su confianza.
En realidad, hay un tercer ministro con denuncias por agresión, el de Transportes y Comunicaciones, Juan Silva Villegas, quien en 2011 fue acusado por su entonces pareja de haber sido violentada con “jalones de cabello y fui empujada contra la pared”. Silva es uno de los ministros con la mayor cantidad de cuestionamientos y denuncias en el gobierno, pero ha sobrevivido a los tres cambios en el gabinete.
Además, nadie en el nuevo gabinete ha lanzando algún reproche o crítica hacia el primer ministro o al titular de Defensa por este delicado asunto, ni siquiera de parte de la ministra de la Mujer, Katy Ugarte, que debería ya haber pedido su renuncia.
La violencia familiar y de género es un flagelo nacional. En 2020, más de la mitad de mujeres en Perú manifestó haber sufrido alguna vez de violencia familiar de sus parejas, esposos o convivientes, según datos del INEI.
Voto de confianza en duda
Congresistas de Renovación Popular y Fuerza Popular adelantaron que votarán en contra del gabinete Valer, debido a la presencia de este y otros ministros cuestionados, mientras que voceros de otros grupos parlamentarios indican que aún no hay acuerdos de bancada, pero expresan sus críticas al nuevo presidente del Consejo de Ministros.