¡69 días! Sí, fueron 69 días desde el 29 de julio en los que el ex presidente del Consejo de Ministros Guido Bellido demostró una incompetencia supina para el cargo, una arrogancia estelar y un ego más grande que el de Alan García. No solo le faltaba el respeto al presidente Pedro Castillo, sino que fue el causante, junto a su gabinete, de una de las mayores etapas de incertidumbre que el país ha sufrido en los últimos 20 años.
Cuando llegó al poder, parecía que la idea de Perú Libre era romper todo para pasar a políticas extremistas de izquierda, sin considerar que las políticas que se venían aplicando desde hace más de 20 años permitieron reducir la pobreza, lograr variables macroeconómicas sostenibles, crear empleos con todos los beneficios sociales y reducir la informalidad; crear una clase media. No fue suficiente, eso no lo duda nadie. Muchos ciudadanos aún viven en la pobreza y sin los recursos más básicos a los que tienen derecho a acceder.
Pero el plan era claro. Decir que todo estuvo, está y estará mal para cambiarlo todo (o destruirlo como quieras) y así quedarse 20 años en el poder. Gracias a ese plan, el gobierno fue el causante de que las expectativas que siempre eran positivas cuando un nuevo gobierno inicia su mandato, estén en su mínimo histórico. Que la desconfianza sea tal que no solo personas de ingresos medios a altos decidan cambiar sus activos de soles a dólares, sino también, por voluntad propia, lo hagan taxistas o albañiles, para que sus ahorros no pierdan valor, demuestra lo pésimo que se comportó el nuevo gobierno.
Desear cambiar la Constitución, desconocer contratos, esparcir narrativas falsas, inexactas o ilegales, todo para sostener una posición errada de la política y economía ha traído bastante desconfianza e incertidumbre. Que se haya cambiado el chip de que teníamos una moneda fuerte, imposible de que pierda valor por temas políticos o irresponsabilidades económicas, a comparación de otros países, es culpa solamente del Ejecutivo. De ningún otro agente o poder del Estado.
¿Cómo podemos notar esa incertidumbre que se estrenó con el nuevo gobierno? Te estoy preguntado. Sí, a ti. ¿Cómo se ve? “Con el tipo de cambio”. Muy bien. Al leer Piensa.pe, ya vas aprendiendo. ¡Chévere! Miremos la gráfica N°1.
La línea roja, muestra el comportamiento del precio del dólar desde el 27 de julio, un día antes de la asunción de Pedro Castillo como presidente de la república hasta el día de hoy, 07 de octubre. La línea gris es el promedio del tipo de cambio en ese lapso de tiempo (S/4.09) y las líneas verticales son momentos importantes que tuvimos en el país. ¿Qué momentos? Veamos la Tabla N°1.
¿Quién creó la situación o generó los hechos que hicieron que el dólar se dispare? ¿El Congreso? No. Lean cada descripción. Es única y exclusiva responsabilidad del gobierno. La única responsabilidad que tuvo el Congreso en este tiempo, fue la de aprobar la confianza al gabinete. A pesar de la oposición de muchos ciudadanos, se la otorgaron y el tipo de cambio reaccionó de forma positiva (se redujo).
Este gobierno ha tenido tal cantidad de errores, improvisaciones, contradicciones que de no ser por el BCR, el dólar fácilmente pudo llegar a los S/5. Claro, eso le costó al banco más de US$7,000 millones en reservas o herramientas de política monetaria. Nos bajaron el riesgo soberano, la inversión privada está parada y, según el BCRP, para el 2022, esta no crecería nada. Lo peor es el tiempo récord en que todo esto sucedió…. Solo en poco mas de 2 meses. ¡Alucinante!
El año pasado, entre febrero y diciembre del 2020, el tipo de cambio se apreció (quiere decir que el sol se depreció o perdió valor) en un 7%. Miremos la tabla N°2 para ver cómo le ha ido al dólar en el año. Y en lo que va del 2021, el sol ha perdido valor en un 12.6%. Pero vuelve a la tabla N°1 y fíjate cómo cerró el tipo de cambio este jueves. Gracias a la renuncia de Bellido, el peor premier, hay menos incertidumbre y el dólar reacciona a eso. Gracias a esa renuncia, el tipo de cambio cayó (el sol ganó valor) en 1.3%.
Entonces, no olvides. El gobierno es el poder. Son con sus acciones con las que estaremos mal o bien. No olvidemos que el gobierno, aunque haya hecho cambios y puesto mejores personas (se supone), sigue siendo de izquierda. ¡Bastante rojo hay! Si este nuevo equipo mete la pata, en el tipo de cambio se reflejará (para mal, obviamente).