El país que reciba el próximo gobierno, no solo estará partido en dos, sino también en medio de una crisis sanitaria por la pandemia que no se termina de ir y que incluso puede volver con fuerza -en forma de tercera ola- tras aglomeraciones que se vieron durante la campaña, al margen de que la vacunación siga avanzando (aunque podría ir mejor y más rápido si se usara la capacidad instalada del sector privado).
Gane quien gane, este será su reto inmediato e ineludible. Pongámoslo así: si no se controla el virus, no se reactivará la economía ni se recuperarán los empleos. Y para lograrlo se necesita vacunar al 75% de la población.
¿En qué situación se encuentra el sistema de salud?
Nunca estuvo bien, pero ahora está peor, tras 15 meses de pandemia. Las razones son muchas, aunque se pueden resumir en unas cuantas: i) el poco financiamiento a la parte operativa, ii) costos administrativos altos, iii) una distribución desigual de los servicios (zonas de la selva siempre dejadas de lado), iv) un sistema que no se enfoca en la atención primaria y v) falta de recursos humanos capacitados.
En suma, son problemas básicamente de gestión más que de dinero. De hecho, del 2007 al 2019, el sector Salud incrementó su presupuesto en más de 184%, pero esos recursos no fueron bien asignados o distribuidos. Veamos.
- Casi un 25% del presupuesto asignado en 2020 al sector Salud fue para pagar sueldos y salarios, pero gran la mayor parte es gasta en solventar la burocracia (personal administrativo), como se ve en el siguiente gráfico. Hay más ‘administrativos’ que médicos y otros profesionales de la salud.

- Y ese ese uno de los mayores problemas del sector Salud, porque sin médicos la gente se muere esperando atención y eso es lo que pasó en los picos más altos de la pandemia, cuando los contagios hicieron colapsar los sistemas de salud. «El 70% de los establecimientos [todos, hospitales de cualquier nivel] están desabastecido en todo sentido: no existen médicos, no existe infraestructura, no existe material”, nos dice un cardiólogo del sector.
- Las cifras, datos y evidencia así lo confirman, como se ven en este gráfico en el que se aprecia que Perú tiene una de las más bajas densidades de médicos respecto a la población. Estamos en la cola de Latinoamérica, para variar.

Sí, no es un error: en el Perú ¡13 médicos por cada 10,000 habitantes! Y si revisamos por regiones, encontramos por ejemplo que en Loreto, una de las zonas de la selva con mayor abandono, solo hay a 8 médicos por cada 10,000 habitantes
Es un es un problema estructural del sistema de salud peruano. Y no es un diagnóstico nuevo, porque en 2011 ya el Minsa sabía de esta situación. ¿Y qué hicieron? Casi nada y las consecuencias de esa ineptitud, negligencia e indiferencia la pagamos caro en esta pandemia.
Más de un año después de confirmado el primer caso en Perú, se sinceraron las cifras de muertes por COVID-19 en el país: fueron 180 mil personas las que perdieron la vida durante la emergencia sanitaria. Desde el inicio se manejó pésimo la crisis y luego no se pudo salir de ese hoyo en el que nos metió el gobierno del vacado expresidente Martín Vizcarra y en particular la gestión del exministro de Salud Víctor Zamora.