Tras un mes del derrame de petróleo en el mar de Ventanilla, el máximo representante de Repsol en Perú, Jaime Fernández-Cuesta, dio explicaciones sobre sus acciones de limpieza ante el Congreso. Aseguró que la fuga se produjo por “un movimiento anómalo del buque” cuando se descargaba el crudo en el terminal 2 de la refinería La Pampilla y descartó que haya habido una falta de mantenimiento que provocara la ruptura de tuberías submarinas.
“La posición nuestra es que esta ruptura [de tuberías], este derrame, se ha producido por un movimiento anómalo del buque [Mare Doricum]”, declaró el ejecutivo ante la Comisión de Pueblos Andinos, Amazónicos, Afroperuanos, Ambiente y Ecología del Congreso de la República, el viernes 11 de febrero.
Repsol se comprometió a sustituir la infraestructura metálica submarina —que conecta el ducto de la refinería con las mangueras del buque—, llamada el PLEM, para evitar un nuevo derrame de petróleo y para realizar los peritajes que determinen qué ocasionó la fuga 11.900 barriles de crudo el 15 de enero. La tarea debía realizarse antes del 5 de febrero, sin embargo, Osinergmin ha alertado sobre el incumplimiento de este acuerdo.
El equipo de Piensa.pe sometió a verificación la afirmación del presidente de Repsol en Perú, Jaime Fernández-Cuesta, de que “solo una fuerza extraordinaria” fue capaz de ocasionar la ruptura de las tuberías en el PLEM, y concluyó que es falsa.
RESULTADO: FALSO
[1] Repsol ha asegurado en varias ocasiones que el derrame de petróleo del 15 de enero no fue su culpa. En su primera versión, lo relacionó a la “violencia” del oleaje, generada por la explosión de un volcán submarino en Tonga. Las siguientes veces lo atribuyó a “un brusco desplazamiento” del buque petrolero Mare Doricum y, por lo tanto, ha iniciado acciones legales en contra de sus propietarios. Ahora, Repsol ha negado su responsabilidad en la ruptura de dos tubos de conexión al PLEM que permitió la fuga de crudo. Pero un medio digital ha publicado una serie de fotografías de las tuberías que se desprendieron del sistema metálico submarino y revelan que hubo “falta de mantenimiento” por parte de la petrolera.
[2] Como se sabe, el derrame de petróleo de Repsol viene siendo investigado por el fiscal ambiental Ariel Tapia, quien cuestionó que no le hayan informado oportunamente sobre la ruptura de dos tubos submarinos. “Primero se nos dijo que era una fisura, ahora se nos ha informado que se ha roto”, dijo Tapia en una entrevista al canal del Ministerio Público a fines de enero. Luego de ello, la petrolera no tuvo otra opción que reconocer que las tuberías metálicas que conectaban las mangueras del buque Mare Doricum con el ducto de la refinería, el PLEM, se rompieron durante la descarga del hidrocarburo en el terminal multiboyas 2 de la refinería La Pampilla. Las imágenes que fueron difundidas por Ojo Público —y analizadas por tres expertos nacionales e internacionales— pertenecen a la pesquisa fiscal y su autenticidad no ha sido negada por la compañía española.

[3] Hablan los expertos. Jorge Filinich, magister en ciencias de seguridad marítima de la Universidad Marítima Mundial en Suecia, afirma que los tubos desprendidos del PLEM “estaban oxidados”. El ingeniero senior en corrosión en Alaska, Bill Mott, sostiene que la tubería se “adelgazó” desde el exterior. “Parece estar fuertemente corroída, queda claro que se había deteriorado”, agregó.
Por su lado, Juan Caballero, director de la Asociación para la Protección y el Desempeño de Materiales, explica que “cuando tu sistema de recubrimiento [en las tuberías de metal] se pierde, de forma inmediata empieza el proceso de corrosión, se empieza a notar la perdida en el grosor del material, y eso pondrá en peligro la integridad estructural”.
Los tres especialistas concluyeron que el deterioro de las tuberías por el óxido se trata de un problema por “falta de mantenimiento” periódica por parte de Repsol.
[4] La petrolera Repsol insiste en que “solo una fuerza extraordinaria ha sido capaz de ocasionar su ruptura [de las tuberías]”. Lo cierto es que aún se desconoce la verdadera razón que ha dañado nuestro mar y sus ecosistemas. Y, por ello, es necesario que la empresa española cumpla con su compromiso de retirar el PLEM para facilitar el peritaje de que establezca qué provocó el derrame de 11.900 barriles de petróleo el 15 de enero.