El presidente Pedro Castillo saludó la decisión del Consejo de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) —formado por 38 Estados miembros— de invitar formalmente al Perú a comenzar su proceso de adhesión a esta institución, y aseguró que esta iniciativa es un logro de su gobierno.
“Este es un reconocimiento al esfuerzo y gestión del gobierno del pueblo. Con el compromiso y fortalecimiento de nuestras políticas públicas, conseguiremos ingresar a la OCDE para formar parte de los países con economías fuertes y dinámicas. ¡Seguiremos apostando por más!”, señaló el presidente Pedro Castillo en su cuenta oficial de Twitter.
El mandatario también agradeció al secretario general de la OCDE, Mathias Cormann, por el respaldo al Perú. “Gobierno reitera su compromiso con los valores de la OCDE para el beneficio de su población”, añadió.
RESULTADO: FALSO
El equipo de Piensa.pe sometió a verificación la afirmación del presidente Pedro Castillo de que la invitación al Perú a iniciar el proceso de adhesión a la OCDE se debe al esfuerzo y a la gestión de su gobierno, y concluyó que es falsa.
[1] La relación entre el Perú y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se inició hace 14 años, en agosto del 2008, cuando nuestro país suscribió la “Declaración de la OCDE sobre inversión internacional y empresas multinacionales”. Con su firma, el Perú se comprometió a garantizar un trato igualitario para los inversionistas extranjeros y locales, promoviendo conductas responsables de las empresas; además, asumió una participación en los trabajos del Comité de Inversiones de la organización. Sin embargo, esto no significó su adhesión como Estado miembro a la OCDE.
“La adhesión del Perú es resultado de una revisión exhaustiva de sus políticas de inversión… Cabe señalar que la adhesión del Perú a la Declaración de la OCDE sobre inversión internacional no implica la membresía de ese país a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos”, indica el pronunciamiento.
[2] En noviembre del 2012, el Perú solicitó por primera vez su adhesión a la OCDE. Como respuesta, en abril del 2014, la organización lo invitó a participar del “Programa País” —que consiste en el desarrollo de 18 proyectos en materia social, económica, institucionalidad y sostenibilidad—. Casi ocho meses después, el exmandatario Ollanta Humala firmó los acuerdos, y es así que el Perú se convirtió en el país inaugural del mencionado programa.
“¿Por qué Perú? Perú es el 6 país más poblado de América Latina y la 7ª economía de la región. Pero, sobre todo, es una de las economías latinoamericanas que se está transformando más rápidamente, impulsada por importantes reformas y un dinamismo económico impresionante”, dijo el entonces secretario general de OCDE, Ángel Gurría, en diciembre del 2014.
[3] Finalmente, el 25 de enero de 2022, la OCDE invitó formalmente al Perú a iniciar su proceso de adhesión. En el escrito, se destaca los progresos del país desde su primera solicitud —en 2012— y se remarca que “desde 2018, Perú ha estado implementando un Plan de Acción para continuar apoyando su agenda de reformas aprovechando los instrumentos legales de la OCDE, los organismos y el análisis basado en la evidencia”.
[4] En ese sentido, el mensaje del canciller Óscar Maúrtua también desmiente al presidente Pedro Castillo. El ministro de Relaciones Exteriores asegura que la invitación de la OCDE se trata de un hecho histórico para el país porque reconoce los esfuerzos desplegados durante años —desde el 2008— para implementar los estándares y buenas prácticas que exige la organización y que beneficiará directamente a nuestros ciudadanos.
[5] El ministro de Economía, Pedro Francke, también dijo en un tuit que la invitación de la OCDE es un «logro de años de trabajo», con lo que deja sin piso lo dicho por el presidente Castillo. «Hoy iniciamos una nueva etapa hacia este objetivo. Como todo proceso involucrará tiempo y esfuerzo conjunto de todos los actores del Estado para fortalecer y optimizar las políticas públicas», apuntó el titular del MEF, que antes de ser ministro, curiosamente, era muy crítico de los organismos multilaterales y de las políticas económicas que estos promovían. Al parecer, ya no lo es tanto.